🍒Cherry🍒 (Luzuplay)

VIII (2)

Narra Borja

- Y bueno Borja, ¿Quién es Raúl? - Levanté la mirada y dejé caer el tenedor. Era una escena cuanto menos dramática. Le miré a los ojos. Ella me incitaba a hablar. Yo me quedé callado sin apartar la mirada de aquellos ojos esmeralda. No podía responderle. No ahora.

- Chiara... Creo que no deberíamos tratar ese tema ahora. Ni ahora ni nunca. - Desvié la mirada hacia algún rincón de la transitada calle.

- Borja, te escucho cada día lamentarte por él. Les hablas a tus amigos sobre él. Déjame ayudarte. - Colocó su mano encima de la mia y la acarició con el pulgar. - Por favor... - Suspiré exhalando todo el aire que tenía contenido.

- Chiara, n... No pu... Puedo. Es un tema demasiado delicado... - Seguí fijándome en la calle.

- Borja, mírame. - Hice lo que me pidió. - Sé que no soy tu madre y sé que no me vas a considerar una. Pero quiero que al menos confíes en mi. - Sonrió brevemente y le devolví la sonrisa.

- Eres mucha mujer para mi padre. - Ella rió y añadió un breve gracias.

- No digas tonterías cielo. Confía en mi, por favor. - Asentí. ¿Debería hablar con ella sobre el tema o dejarlo pasar? Cierto es que Chiara era psicóloga pero... No, no tenía confianza en ella. ¿Y si hablar de eso era la mejor forma de ganar confianza?

- ¿Lo... Lo hablamos en... En casa? - Murmuré en voz baja. Pude ver una sonrisa bañada de orgullo en su cara.

- ¡Claro! - Dijo feliz. Sonreí por su felicidad y seguimos hablando de temas totalmente aleatorios y sin importancia como los estudios, mi futuro y mis aficiones. A lo mejor Chiara no era tan mala como creía.

[...]

- No me trates como un paciente, no soy tu paciente. - Tomé asiento en la silla. Chiara me miró extrañada.

- No te iba a tratar como tal, Borja. - Respondió calmadamente. - Pero sí te voy a contar como trabajo con mis pacientes. Generalmente mi despacho es más cálido que este y tiene más silencio. Me gusta preguntar cosas y, sobretodo, me gusta que sean sinceros. Cuando estés incómodo dímelo y cambiaremos de tema. Todo será confidencial. ¿Confías en mi? - Preguntó acomodando las flores blancas de un jarrón especialmente caro que no había notado.

- Confío en ti. - Respondí acomodándome. Chiara se levantó y andando con parsimonia cerró la puerta del despacho. Tragué saliva nervioso. Chiara volvió a su sitio y se sentó.

- ¿Cómo estás? - La charla iniciaba con una simple pregunta.

- Confundido y con miedo. Eres la primera persona real a la que le voy a hablar tan íntimamente de Raúl. - Me encogí de hombros.

- Siempre es difícil abrir nuestra mente y sacar lo que hay dentro. ¿Cómo os conocisteis? - Asentí ante sus palabras.

- En la facultad, el primer día. Él iba realmente guapo. El primer contacto real fue en novatadas, tuve que hacérselas. No fue nada, le pedí que hiciera el trabajo sucio de la facultad por mi. Después, hablamos sobre una posible relación sexual, accedió y follamos. Nada más.

- ¿Follasteis? - Asentí. - ¿Sin apenas conoceros? - Volví a asentir.

- Cuando sientes que conectas con alguien no hace falta más. Estuvo todo consensuado y aceptado: él lo disfrutó y yo también. - Chiara me miró confusa.