Narra Borja
- [...] Sí, mamá, todo está bien. - Respondí poniendo el altavoz mientras preparaba la cena.
Hoy era una de esas noches donde Raúl y yo íbamos a fingir ser una pareja feliz teniendo una cita.
Pero no éramos pareja. Y eso era un pensamiento doloroso.
- ¡Nunca me llamas! - Dijo mamá quejándose. - Te estás perdiendo como crecen tus hermanos. - Añadió ella con una mezcla entre ternura y pena.
- Primero de todo, no son mis hermanos. Son mis hermanastros. Y segundo, como son mis hermanastros no me importa cuanto crezcan. - Respondí siguiendo en mi mundo de cocina. No era nada espectacular ni llegaba a la altura de una buena cocina, pero era entretenido y comestible por lo cual ya era más que suficiente.
- ¡Borja! - Escuché el repiqueteo de los tacones en el suelo de la casa.
- ¡Es la verdad, mamá! - Añadí apoyándome en la encimera. - Son mis hermanastros así que no tengo responsabilidad sobre ellos.
Chiara chasqueó la lengua y siguió contándome varias cosas. Realmente había pasado poco mas que un mes y medio desde que nos vimos por última vez. Era febrero, quedaba poco para un San Valentín que no iba a celebrar, y mi mente solo pensaba en Milán.
- ¿Cuando vendrás? Te echo de menos. - Dijo Chiara tras unos segundos de silencio.
- No lo sé, mamá. Cuando me apetezca desconectar un poco. - Continué cocinando mirando de reojo el reloj de mi muñeca. - No creo que tarde mucho, pero de momento estoy bien. - Fui hacia la vinoteca de la cocina y saqué un vino blanco cualquiera. - Es más, he de ir a preguntar lo de la universidad con mi pronunciación perfecta del idioma. - Añadí con ironía. - Lo abrí y me serví una copa, Chiara reía de fondo.
- Espero que no se te ocurra cerrar y guardar el vino que acabas de abrir. - Comentó ella medio amenazando.
- Es justo lo que voy a hacer. - Respondí con una carcajada cerrando el vino. Chiara chasqueó la lengua.
- Se va a estropear, te mandaré otra botella. - Noté como sonreía a través del móvil, ambos nos quedamos en silencio.
Echaba de menos a Chiara, pero a pesar de no decírselo parecía que pudiera leerme la mente y llamarme en los momentos más oportunos.
- ¿Le has sacado el tema? - Preguntó tras alargar demasiado el silencio.
- No, y no creo que lo haga hasta el momento en el que ocurra. Solo quiero seguir de esta forma con él: teniendo citas improvisadas y siguiendo nuestra rutina sin ir un paso más. - Respondí bebiendo un largo sorbo de vino.
- ¿Estas seguro de querer gestionarlo así? - Volvió a preguntar con cierta preocupación.
Me quedé en silencio sin saber decir un simple "sí". Era un tema difícil que siempre que tratábamos se volvía incómodo, por lo que siempre era mejor aplazarlo
Todo era mejor si lo aplazaba.
[...]
La cena fue con normalidad, hablando de temas absurdos como el hospital y contando anécdotas.
- ¿Te apetece volver a Italia? Mamá me ha preguntado cuando volveré. - Pregunté sirviendo un poco más de vino en ambas copas.
- No creo que pueda, en cuanto termine exámenes creo que iré a pasar unos días con Alexandre en París. - Respondió él dando un sorbito al vino. Apreté mi mandíbula de forma inconsciente por celos, y aunque los odiara no podía hacer nada para controlarlos.
No era que no me fiara de Raúl. Era más bien que no confiaba en Alexandre y las intenciones que tenía con mi no-novio.
Y formalizar lo que se tuviera que formalizar con Raúl tampoco era una opción, ya que al francesito le importaba bien poco si alguien tenía pareja.
- ¿Cuándo pensabas decírmelo? - Pregunté terminando el plato de pasta. Hacer caso a Chiara en cuanto recetas había sido una buena idea. - Además, tampoco sabes cuando te iba a decir de ir.
Raúl tragó la comida y bebió del vino.
- Lo sé, pero iba decírtelo temprano. Cuando tuviera todo un poco más planeado. - Chasqueé la lengua dejándome caer en la silla. - Me gustaría que vinieras, pero sé que con Alexandre no te llevas especialmente bien, por lo que decidí ir solo. - Asentí jugando con la copa y el líquido de dentro, viendo como se movía entre las paredes de vidrio.
Necesitaba tiempo para pensar bien. E innegablemente, Milán era la mejor solución.
- Cuando vaya a Italia haré la solicitud para entrar a la Universidad. - Raúl asintió agachando la cabeza. Era un tema delicado pero que tenía que ser tratado tarde o temprano.
En cuatro meses iba a Milán a empezar una nueva vida, y no parecía que Raúl quisiera ser partícipe de ella.
Ambos nos quedamos en silencio, posiblemente reflexionando las connotaciones que tenía la frase dicha. Ninguno quería seguir hablando, y realmente silencio era lo que más necesitaba en estos momentos.
Notas
PERDON POR TARDAR DE NUEVO SOY UN DESASTRE PERO EN NADA TENGO UN CONCIERTO Y SOLO PIENSO EN ESO :(
Espero que el cap os haya gustado y perdonad la espera.
El final se acerca👀
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🍒Cherry🍒 (Luzuplay)
Romance🌸Segunda parte de Fine Line🌸 El primer año de Universidad para Raúl fue una montaña rusa emocional: nuevos amigos, nuevas experiencias y, sobretodo, nuevos amores. Tras el último contacto con Borja, Raúl decide tomarse unas vacaciones e irse a Pa...