CAPÍTULO 41

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Era temprano en la ciudad, el sol aún no  iluminaba el cielo y la poca cantidad de estrellas que iluminaban el cielo nocturno avisaban a Kenjirou Kyoko que era hora de levantarse.

Quitó el peso que sentía en su cintura suavemente e intentando ni caer rodando de aquella estrecha cama en la que dormía. Se sentó en la orilla del colchón observando fijamente las figuras de dinosaurio frente a ella con una sonrisa divertida.

Procurando no hacer ruido caminó hacía el baño en donde cambió su ropa por una deportiva rápidamente y se alistó su largo cabello en una coleta alta.

Volvió a la habitación en donde había descansado encontrandose con su acompañante sentado contra la pared forzando la vista para intentar ver algo gracias a la ceguera que amenazaba aquellos ojos de color miel

-Son las cinco de la mañana, Kyoko -murmuró si acompañante- y creo recordar que no tienes turno hoy ¿Es jueves no?.

Kyoko solo se limitó a sonreír y a asentir pero no demoró en notar que la persona a la que le hacía gestos probablemente estaría solo viendo una mancha borrosa.

-Saldré a correr, Kei -le dijo tomando algunas cosas de la mesa de noche, como su celular y auriculares.

-Ya saliste ayer -al fin Tsukishima alcanzo sus gafas y se las puso descansando los ojos de una vez.

-Ese es el punto, sigue durmiendo.

Le dio un beso en la mejilla para después alejarse suavemente en dirección hacia la cocina, lleno su botella de agua y se dirigió hacía la salida.

Ya con sus zapatos puestos empezo a estirar sus piernas y tras unos minutos salio a la calle, puso su alarma y empezó a correr.

Hace dos años ya que Sugawara, Daichi, Asahi y Shimizu habían dejado la escuela. Kyoko solía recordar ese momento con cariño pues casi todos en el equipo estaban al borde de las lágrimas, he incluso algunos lloraron muchísimo.

Luego Ennoshita tomó el cargo de capitán llevándolos a las nacionales una vez más.

Pero ella no estuvo ahí.

La vida daba muchas vueltas y si bien su plan era mantenerse hasta su último día de preparatoria en el equipo eso no pudo ser posible.

Tan solo un mes después de que los de en ese momento eran de tercero abandonaran el equipo su padre había perdido su trabajo y el sueldo de peluquera de su madre no era suficiente para mantener a siete personas, Mientras su padre conseguía un trabajo ella empezó a trabajar de manera ocacional en distintos lugares y como era menor se le pagaba una miseria y se le trataba muy mal.

Hasta que su padre consiguió otro trabajo estable paso todo un año y ella decidió seguir trabajando, pero esta vez para la universidad.

Nunca pudo volver al equipo.

Ya estaba en tercero, Karasuno ya había ido a las nacionales por tercera vez. Yamaguchi era el capitán y Kageyama el cocapitan.

A veces cuando tenía un poco de tiempo aún iba a verles a traves de esa ventana en la que había empezado todo hace años pero nunca se atrevía a entrar.

Solo lo había hecho dos veces en dos años y se había sentido tan mal de no poder formar parte de ello que no quiso volver a intentarlo.

Y no es como que no hablara con los chicos, obviamente hablaba con Yamaguchi todo el día y solía compartir algunas palabras con Hinata, Kageyama y Yachi cuando se los encontraba por la escuela.

Pero no era lo mismo.

Hinata, Kageyama y ella ya no molestaban a Tsukishima. Yamaguchi y ella ya no podían esconderse en el cuarto de escobas a compartir unas galletas mientras hablaban animadamente de todo lo que pasaba en su relación.

Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora