CAPÍTULO 11

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Dos días pasaron con una rapidez casi abrumante en la vida de Kyoko, ni siquiera había tenido tiempo de pararse a consolar a sus amigos por el partido perdido hasta esa mañana en la cuál el sol brillaba como nunca antes y las escasas nubes dibujaban un paisaje pintoresco.

Se acercaban los exámenes finales lo cual tenía muy estresada a Kyoko pues la ansiedad que cargaba todo el tiempo era ridículamente grande.

Kaito por su parte estaba haciendo estragos en su hogar sin ningún reparo, dispuesto a abandonar su hogar si en este no se le cumplía su demanda, una habitación propia, incluso había manifestado que fallaría los exámenes finales a propósito por el simple gusto de fastidiar.

Tamborileo sus dedos sobre el pupitre  nerviosa por terminar ya la clase que tanto le molestaba, matemáticas, cuando al fin la campana sono dando la bienvenida a la hora de la comida no tuvo más remedio que levantarse de su lugar y caminar hacia el de Yamaguchi.

-¿Qué tal? - le preguntó al peliverde sin ánimo

-Genial -murmuró aparentemente sin ánimo- ¿Y tú?

-Podría ser mejor

Karasuno había perdido contra el Aoba Josai, había sido un partido reñido que en más de una ocasión Kenjirou pensó que lo ganaban los cuervos, pero no fue así, un bloqueo cambio todo, aunque si bien era cierto que el Seijoh no era cualquier cosa, el colocador Oikawa Toruu lo había demostrado ya que sin duda era una máquina de jugar voleibol.

Yamaguchi estaba decaído ante la resultados del partido y no podía esperar otra cosa, había fallado en su momento de protagonismo en algo te había practicado por mucho tiempo, los saques, pero a pesar de eso Kyoko no le habia consolado en ningún momento porque era malísima en ese tipo de cosas.

-¡Tsukki, vamos a comer! -Tadashi salió de su trance de tristeza al ver a Tsukishima entrar al salón, se levantó de golpe haciendo que Kyoko quien le daba la espalda a Tsukishima le notará caminar con tranquilidad

-Callate, Yamaguchi -dijo con normalidad el rubio

-Perdón, Tsukki -el peliverde tomo su comida con rapidez y corrió detrás de su amigo dejando a Kyoko sentada en su lugar totalmente sola- Espera -pidió pero obviamente Kei no se detuvo- ¿Vienes, Kyoko?

La rubia se limitó asentir con la cabeza para despúes dejar su comida atrás y seguir a sus amigos.

Cuando estuvieron sentados en la azotea fue que ambos chicos se dieron cuenta de que Kyoko no se había molestado en traer su comida lo cual no les agradó.

-Debes comer... -pidió Yamaguchi al ver como su amiga se negaba a abrir la boca par recibir un trozo de pulpo de su parte- te hace bien.

-No quiero -murmuró con suavidad por el miedo a abrir demasiado la boca y que Tsukishima empujara la comida por su garganta- No me pueden obligar

-Come, ahora -ordenó Tsukishima pero Kenjirou no vacilo ni un solo segundo en su decisión- estabas genial ¿Qué mierda paso?

Kenjirou se limitó a encogerse se hombros para luego ignorar las súplicas de Tadashi, pues lo que menos deseaba en ese momento era precisamente el tener que verse obligada a comer.

Se sentia sin animos de nada en ese momento, no importaba que las cosas habian quedado claras con su hermano. Eso era lo que se sentia una recaida, pues no importaba que ahora tuviese amigos o se sintiese repentinamente feliz los pensamientos negativos no le iban a abandonar nunca, no se iba a curar de manera magica, el apoyo de Yamaguchi habia servido, pero no estaba curada y dentro de si sabia que nunca lo estaria, entendia que iba a vivir el resto de su vida con aquel pensamiento en la cabeza torturandole todos los días, en el momento en que había decidido vomitar por primera vez ya no hubo vuelta atrás.

Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora