Abrió los ojos lentamente, no recordaba que le había pasado para llegar hasta la habitación de las chicas pero si recordaba todo lo que había llorado y como después Tsukishima había vuelto con los de Fukurodani y Nekoma.
-Buenos días, Kenjirou-san -Yachi que se estaba arreglando le saludó con una sonrisa.
-Buenos días...
-Arreglese rápido, el desayuno ya va a estar listo.
Asintió y se levantó en silencio doblando en el proceso todas las colchas.
Cuando Yachi se fue se dispuso a vestirse en total silencio, su cabeza le estaba matando y podía estar segura de que sus ojos iban a estar hinchados cuando se viera en el espejo.
Abandonó la habitación y se dirigió al comedor con cara de pocos amigos, odiaba llorar eso era un hecho, pero más odiaba el tener que ver a la gente después de haberlo hecho.
Cuando entró se sentó junto a Yamaguchi sin siquiera saludar y se cruzó de brazos sobre la mesa escondiendose entre ellos lanzando un suspiro.
-¿Cómo te sientes?.
Levantó la cabeza de golpe, ¿Sus oídos habían escuchado bien? ¿Ese había sido Tsukishima?.
El rubio estaba notoriamente avergonzado por decir eso, fruncia el ceño e incluso parecía que sus mejillas estaban ligeramente rosadas.
-Me veo y siento como la mierda -respondió con sinceridad la castaña- mi cabeza va a explotar.
Suspiró y miro al techo para evitar la mirada de sus amigos.
-Me sorprende no haberme desmayado -dijo con una pequeña sonrisa en sus labios para después volver la mirada hacia la pulcra mesa.
Extrañaba su hogar, quería volver a su habitación lo más pronto posible y lanzarse en el futón para poder dormir por horas sin parar y olvidarse de todos aquellos adictos al voleibol que tanto quería y le estresaban a la vez.
Quería ver a su madre y padre lo más pronto que fuese posible, pero aún le quedaban tres días en ese lugar.
-Hoy es el cumpleaños de Kaito, mi hermano menor -les dijo mientras ellos acababan sus comidas, al parecer ninguno planeaba obligarle a comer esa tarde- es un pesado, lo único que hace es enojarse con todo el mundo y hablar con su novia, ¿Pueden creerlo? tiene catorce años y ya tiene novia, yo voy a cumplir diecisiete y no he dado ni un mísero beso jamás, ni siquiera he sentido algún tipo de atracción hacía alguien.
-Vaya, estas hablando muchísimo hoy -masculló Yamaguchi.
-Llorar me pone como drogada -admitió- lloré toda la noche así que supongo que se siente como meterse éxtasis y cocaína al mismo tiempo, ni siquiera me acuerdo de lo que hice ayer.
-Lloraste como media hora -empezó Tsukishima atrayendo la atención de Yamaguchi quien no tenía idea del suceso- te lleve a tu habitación, Shimizu y Yachi te ayudaron a calmarte pero no tenían idea de que pasaba, después te recostaste por unos segundos y te quedaste dormida.
Yamaguchi les miraba a ambos rebotando su mirada entre sus amigos. ¿En qué momento se habían arreglado?
-¿Me perdí de algo? -pregunto Yamaguchi arqueando una ceja.
-Vino llorando a mi en la noche.
-¡Eso es mentira! - le grito enojada e intentando golpearle amistosamente pero este le esquivaba.
-En realidad la encontramos espiando.
Las mejillas se le tiñieron de rojo al instante el cual se extendió por toda su cara.
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Moonlight [Tsukishima Kei]
FanficPrimer libro. Kenjirou Kyoko nunca se había enamorado, más bien nunca se había permitido enamorarse, así que cuando la vida la cruzo con ese alto chico rubio todo dio una vuelta de 180 grados. Tsukishima Kei había sido una gran molestia en su vida...