Moonlight [Tsukishima Kei]

CAPÍTULO 49

ADVERTENCIA: este capítulo contiene menciones a sexo y todo lo relacionado a ello, se recomienda discreción.

-Vamos Kyoko, no es nada del otro mundo, solo saludala y pídele perdón -se murmuró a si misma cuando estuvo frente a la bella casa de Kei una vez más, pero esta vez sola.

Buscó su celular entre sus cosas y marcó el número de Kei con las manos temblorosas.

-Estoy fuera.

-Bajo en un segundo.

Apretó con fuerza el bolso que tenía bajo el brazo aterrorizada de lo que iba a pasar en cuanto viera a la mujer que le esperaba ahí adentro.

Ya habían pasado dos días desde que habían regresado oficialmente con Kei y era el momento de enfrentarse a su madre. Por lo que sabía ella era plenamente consciente de lo que habia sucedido pues Kei le contó todo el día que terminaron.

Al día siguiente irían a casa de Kyoko.

Querían hacer las cosas bien esa vez.

Escuchó la puerta abrirse y poco después la puerta que tenía frente a ella mostrando a Kei con el cabello bastante desordenado y vestido con ropa muy casual.

-Hola -saludó Kei mientras ponía ambos manos en el marco de la puerta.

-Hola, Kei -se puso ligeramente de puntillas y Kei se encorvó para alcanzarle pues el desnivel de la calle les generaba mucha más diferencia de estatura de lo normal, se dieron un corto beso antes de que Kei le dejé el espacio libre para entrar.

-Perdón por no ir por tí al trabajo -se disculpo Kei- me obligaron a ir de compras con Akiteru.

-Hubiera pagado por ver eso -rió recibiendo una mala mirada de su novio.

Entró a la casa mientras que Kei le quitaba su bolso de las manos quedando ella solo con su mochila de la escuela. Se quitó los zapatos claramente muy nerviosa y los dejó a la perfección en una esquina. Se acomodó el cabello rápidamente y también se aseguró de que toda su ropa estuviese bien puesta.

Dio un largo suspiro y fue hacía la sala en donde Kei le había indicado que estaba su madre.

-B-buenas noches -saludó a la mujer que estaba justo frente a sus ojos esperandole y a su hijo mayor quien tenía una revista en la mano.

-Hola hija ¿Cómo te encuentras?.

Hija.

Le acababa de decir hija, iba a llorar.

-Muy bien, gracias ¿Y ustedes como están?.

-Feliz de verte por estos lado -dijo la madre con una sonrisa.

Estaba siendo demasiado amable, no se esperaba aquello pero tenía que decir lo que llevaba planeando frente al espejo desde el día anterior.

Era el momento.

-Queria pedirle disculpas por todo lo sucedido y darle las gracias por recibirme nuevamente en su hogar -la castaña hizo una reverencia de noventa grados frente a los Tsukishima tal como lo había planeado.

-Dios, no te disculpes linda -aseguró la madre acercándose- después de todo, los días sin ti fueron bastante tristes ¿No es cierto, Kei?.

Kyoko se levantó solo para ver a Tsukishima quien se había girado en dirección opuesta mostrando que claramente no estaba dispuesto a responder aquella pregunta.

-Ya eres como parte de la familia Kyoko, no te preocupes por eso.

Sintió un nudo formarse en su garganta y su mirada se nubló rápidamente ante esas palabras. Le consideraba parte de la familia y no le interesaba lo que había sucedido esa última semana y media, definitivamente era la mejor mujer que podía toparse jamás.