CAPÍTULO 4

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Odiaba la case de deportes no era ninguna novedad en su vida y no era causa de la actividad física, al contrario eso lo disfrutaba, era a causa de la fatiga.

-¡Kenjirou no se detenga!

Estaba precisamente en esa clase que tanto odiaba y para su mala suerte no estaban jugando voleibol estaban haciendo atletismo por lo cual estaban dando vueltas por la escuela.

Vio a Tsukishima y Yamaguchi pasar a su lado con muchísima tranquilidad, corrían calmadamente como si eso no les costará a diferencia de ella que sentía como su respiración se cortaba, su pecho subía y bajaba en un ritmo irregular al mismo tiempo que sonreia para no preocupar a nadie, sus piernas empezaron a temblar y el maldito vomito empezaba a amenazar con salir otra vez.

-¡Kenjirou!  -el profesor le grito al ver como se detenía- ¡Si se vuelve a detener le voy a descontar puntos!

Oh no, acababa de amenazar con sus calificaciones, una fibra sensible.

Empezó su marcha otra vez pero se le hizo imposible mantener un ritmo regular, sentía como su corazón empezaba a latir más fuertemente y como su cabeza daba vueltas.

-Al parecer alguien tiene mala condición física -escucho que alguien se burlaba a su lado, se detuvo a ver y era Tsukishima el cual se acababa de quitar los auriculares sólo para molestarle.

-Calla..te

Pero no pudo seguir hablando, su vista se nublo y sus piernas fallaron, calló al suelo con su respiración agitada y veía puntos de colores, la fatiga la había llevado a un límite

Iba a vomitar otra vez, pero no quería, no tenía nada en el estómago

-¡Kenjirou-san! -alguien se puso a su lado y le tocó el hombro por la voz pudo distinguir a Yamaguchi pero no podía verle- ¡Profesor, Kyoko se sintió mal!

Era la primera vez que le decía Kyoko, escucho como la gente le rodeaba y eso no le agradó, empezó a tallarse los ojos para poder enfocar su visión otra vez e intento controlar su respiración con todas sus fuerzas.

-¿Comiste? -era la voz del profesor

No respondió a la pregunta, su visión se estabilizó y pudo ver a muchos chicos de su clase rodearle, Tadashi y el profesor estaban arrodillados frente a ella, Tsukishima estaba ahí bastante sorprendido ante la repentina caída de la chica.

-Yamaguchi, Tsukishima llevenla a enfermeria

-¡No! - No podía ir a enfermería, se darían cuenta de que no había comido nada en tres días- Estoy bien

El profesor fruncio el ceño, parecia estar preocupado por algo.

-Llevenla a enfermería y que no salga hasta haber comido algo.

Se había dado cuenta, era su fín.

La pareja de amigos le levanto generando así que la poca estabilidad que sentía se esfumara, la llevaron por los pasillos de la escuela, Yamaguchi le ayudaba poniendo una mano en su hombro para que esta no terminara en el suelo y Tsukishima simplemente caminaba a su lado.

- Buenos días -saludo el peliverde a la enfermera

-¿Qué paso?

Yamaguchi dirigió su mirada a su amigo rubio esperando entender que había pasado.

-Estaba agitada y de pronto se cayó, estábamos en clase de deportes - se limitó a decir el de lentes

-Cariño, ¿Comiste algo hoy?

No respondió otra vez y eso pareció hacer que la enfermera comprendiera todo.

-¿Alguno de ustedes tiene algo de comer? - pregunto la mujer al par de amigos y Yamaguchi se apresuró a buscar en su mochila, ni siquiera había notado en que momento la había tomado, le dio una manzana- siéntate ahí y come esto -apunto a la camilla pero Kyoko se mantuvo en su lugar- vamos no te voy a hacer nada

No tuvo más remedio que sentarse y comer ante la mirada de tres personas, su estómago agradecio muchísimo esa manzana y cuando dio el primer mordisco se sintió inmediatamente mejor a la vez que sentía que necesitaba mucho más, comió la manzana con cierto toque de desesperación hasta que una vez terminada se dirigió a ver a las personas que le observaban quienes parecian sorprendidos ante la actitud desesperada de Kyoko ante sólo una manzana, debió fingir mejor.

-Eso era todo, fatiga -los tres adolescentes asintieron- Asegurense de verla comer todos los días -esta vez se dirigió a el par de amigos- esta muy delgada

¿Por qué todos insistían en mentirle de esa forma?, no estaba delgada, claramente no lo estaba, además casi ninguna chica comia ¿Por que se fijaban en ella?

-Vuelvan a clase y la próxima vez que tengan deportes asegúrate de desayunar

A Kyoko no le quedó otra opción más que asentir y abandonar el lugar en compañía de sus "amigos".

-Así que eso era todo, no habías comido -dijo el de lentes recibiendo miradas de reproche de parte de su amigo

-Quizá no tuvo tiempo de comer, quizá se quedó dormida ¿No es cierto, Kenjirou-san? -Kyoko asintió

-¿Acaso no tienes voz, Kenjirou? - pregunto el rubio a la vez que levantaba una ceja con diversión

-¡Tsukki!

- No suelo hablar demasiado, pero si tengo voz, Tsukishima

Volvieron a la clase y los amigos volvieron a correr como si nada hubiese pasado mientras Kyoko observaba desde lejos.

Si se habían dado cuenta era su fín, no había comido en tres días algo decente y ahora Tsukishima y Yamaguchi estarían atentos a su alimentación ¿No podía ser una situación peor?. Además si el profesor de Deportes estaba atento a ella sería mucho más difícil saltarse alguna comida, su única opción era recurrir al vómito.

Se levantó y fue en dirección a los vestidores,  si no iba a hacer deportes no tenía sentido seguir con ese uniforme.

¿Enserio pensaban que estaba delgada? Lo único que ella podía ver eran imperfecciones por todas partes, en sus muslos, sus caderas, sus brazos, todo en ella le parecía asqueroso.

Paso todo ese día sintiéndose ridículamente mal, sentía que en su clase todos tenían la mirada sobre ella, intentaba no hacer caso y dirigir su vista lejos, pero le era imposible, estaba acostumbrada a ser invisible, que todos le miraran le hacía sentir fuera de su zona de confort, aunque quiza a nadie le interesaba realmente y en realidad a nadie le importaba Kyoko.

La hora del almuerzo fue asquerosa, ni Tadashi ni Kei le dijieron algo pero con sólo sus miradas se sintió intimidada y termino por comer su almuerzo, sentía como cada grano de arroz le hacía engordar, era la peor sensación de la vida.

-Voy al baño -informo y luego se levantó de su asiento

-Ni se te ocurra ir a vomitar - se detuvo al instante al escuchar esas palabras del rubio, estaba aterrada de darse la vuelta y mirar a Tsukishima pero lo hizo viendolo en su asiento totalmente relajado

-¿Qué insinuas, Tsukishima Kei?

-¿Yo? - se apunto a si mismo con falsa inocencia- No insinuó nada, es solo una advertencia.

Salió de ese lugar sintiéndose ridículamente nerviosa.

Quizá la enfermera o su profesor no se habían dado cuenta de lo que pasaba con Kyoko, pero Tsukishima sí y eso le hizo agregarle a la lista de personas que odiaba.

Ese estupido rubio no era tonto, había atado los cabos con una facilidad alarmante, debía ser más precavida si quería seguir manteniendo su mentira.

Te odio, Tsukishima Kei

Te odio, Tsukishima Kei

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Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora