Miro a su alredor, aquel bus casi totalmente vacio parecía ahogarle en esos instantes.
Miro aquel pequeño paquete que tenía envuelto en sus manos, si lo tiraba el equipo encontraría la forma de hacerle comer de todas formas, aquel pequeño bento le hacía querer vomitar con sólo verlo ¿Y quién podía culparble? Su madre le estaba ahogando a base de comida y no podía hacer nada pues si se negaba terminaría en un doctor escuchando como los números subían o bajaban, como la dieta tenía que mejorar y como tenía que seguir esforzándose.
Cada asiento vacío en ese bus le hacía sentir triste, como si realmente estuviese sola y el mundo quisiese recordarle ese sentimiento a la fuerza.
Cuando bajo del bus se dirigió lentamente hacía la escuela, tocaba su ahora corto cabello de manera frenética ¿Qué pensarían los demás de lo que había hecho? ¿Qué diría Kei al ver su cabello?.
Pero lo que ella no notó fue que no se cansó al subir la cuesta, no tuvo ganas de vomitar y su respiración no se aceleró. Algo había mejorado en ella.
Cuando ya estuvo frente al gimnasio se adentró para ver a los chicos hablar animadamente entre ellos.
-Buenos días - se obligó a decir mientras cambiaba sus zapatos.
Se acercó a Yamaguchi y a Tsukishima calmadamente.
-Hola -saludó Tadashi- me gusta tu cabello.
-Gracias... -miró a Kei esperando su saludo.
-Pensaba que eso de que las chicas cortaban sus cabellos cuando tienen crisis eran exageraciones de las películas -dijo Kei generando risas a sus amigos- me agrada, te luce bien.
Kyoko empezó a balbucear tonterías al instante mientras jugaba con sus manos.
¿Le acababa de dar un cumplido?.
-Gr-gracias -masculló- ¿Qué tal estuvieron las cosas en Tokio?.
Se enfrascaron en una pequeña conversación sobre Tokio que se detuvo cuando el entrenamiento empezó.
Kyoko se limitó a ayudar a Shimizu y Yachi con algunas cosas pendientes para los partidos de las próximas semanas.
Se detuvo muchas veces para poder apreciar la mejoría se sus amigos, Tokio les hacía bien, todos volvían con muchísimo entusiasmo y practicaban muchísimo, incluso en Tsukki se podía notar un pequeño espíritu competitivo brillar en su castaños ojos.
Era lindo ver a Yamaguchi hacer saques perfectos que no podían ser recibidos por un liberó de la calidad de Nishinoya.
La mejoría de voleibol del equipo le alentaba a mejorar a ella también.
-Kyoko.
Cuando se detuvo a mirar durante unos segundos la colocación de Sugawara el profesor Takeda se le acercó.
-Deberías a ir a comer, tú madre me dijo que a esta hora debes almorzar.
Se limitó a asentir para ir a disculparse con las demás managers por dejar su trabajo limpiando toallas sudadas de lado.
Se sentó en las pequeñas escaleras del gimnasio con su comida en manos para observarla sin probar bocado, paso horas de esa forma antes de que apareciera Tsukishima con la respiración agitada y se sentará a su lado.
-¿Vas a comer? -Kyoko negó rápidamente- si no comes esto debes comer la cena.
-Lo sé.
- Lo prometiste, así que tienes que hacerlo, mínimo dos comidas al día.
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Moonlight [Tsukishima Kei]
أدب الهواةPrimer libro. Kenjirou Kyoko nunca se había enamorado, más bien nunca se había permitido enamorarse, así que cuando la vida la cruzo con ese alto chico rubio todo dio una vuelta de 180 grados. Tsukishima Kei había sido una gran molestia en su vida...