CAPÍTULO 50

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Estaba enamorada y lo podía gritar a los cuatro vientos si es que eso era necesario.

Ahora podía caminar por las calles de la ciudad tomando la mano de su novio sin sentir vergüenza o pánico de que alguien les viera, aunque de todos modos no lo hacia. Podía permitirse sonreír al pensar en él sin sentirse ridícula o exagerada.

Por eso es que habían decidido con Kei hablar con Seiichi de una vez por todas y tomar decisiones radicales si su padre no entendía por las buenas. Esa había sido la principal razón por la que Kei habia ido a cenar a su casa el fin de semana.

Pero la realidad fue que Kenjirou Seiichi nunca apareció.

Por ello al día siguiente cuando Kei volvió a su hogar y su padre había dignado a hacer acto de presencia se llevó los gritos de su esposa e hija mayor por horas, acusándolo de cobarde y machista miles de veces mientras el hombre buscaba una y otra excusa pero ambas castañas sabían muy bien que simplemente estaba siendo egoísta.

Porque Seiichi nunca habia juzgado a Kaito por sus variadas novias y mucho menos le había gritado a alguna de ellas, muy por el contrario que con Kyoko.

Por esas razones a la mañana siguiente cuando fue hora de levantarse Kyoko tenía los párpados hinchados de tanto llorar y ojalá ese hubiese sido un día normal, pero no era así.

Ese día se graduaba de la escuela.

Quizá debía sentirse más nostaligica o emocionada por aquel hecho pero no era así. Se sentía cansada y triste.

Estaba agotada y sentía que al vestirse estaba actuando en modo automático.

El viaje en el auto familiar con Seiichi fue igual de malo. Por mucho que el adulto intentaba hablar y crear una agradable conversación solo recibía un silenció sepulcral en respuesta.

Kyoko ni siquiera entendía el porqué su padre se había tomado el día libre en el trabajo, podía asistir a la ceremonia sin él.

Akane por su parte estaba enojada con su marido y nadie podía culparle. Kaito quien siempre habia intentado actuar de la manera más neutral posible ya no podía ni ver a su padre a la cara sabiendo lo cobarde que este era. Y los más pequeños estaban en la escuela ya.

Al llegar a la escuela todos se bajaron del automóvil mientras el padre buscaba donde estacionar entre los miles de autos de familiares y amigos deseosos de ver a los mayores de la escuela graduarse.

-¿Nerviosa? -preguntó Kaito a su hermana quien buscaba con la mirada a su novio o su familia.

-Estoy más nerviosa por él -afirmó refiriéndose a su padre.

-Entiendo.

-Puedes ir con el equipo, seguro te están esperando -le dijo y poco después su madre y hermana estaban totalmente solas.

-¿Kei llegó? -negó con la cabeza, según su mensaje mas reciente se había quedado dormido pero al vivir cerca no deberia demorar demasiado- ¿Y Tadashi?.

-Vienen juntos.

Antes de poder decir algo más dos cabelleras una naranja y la otra negra aparecieron corriendo y en cuanto estuvieron en la entrada empezaron a gritarse.

-¡Gane! -Hinata Shoyo dio un brinco de felicidad sacandole la lengua a su amigo- ¿Que te parece eso, Kageyama?

-¡Gane yo! ¡Boke!.

-Son mis amigos -le explicó a su madre aún a una distancia prudente se sus amigos para que no le notaran.

-Ve, si veo a Kei o Tadashi te llamó.

Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora