CAPÍTULO 10

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No descanso en toda la noche, las palabras de su hermano rodaron en su mente por horas.

Por esa razón se encontraba en el autobús con la peor cara del mundo, tanto así que había olvidado que debía esperar a sus amigos para despedirles, sólo lo recordó cuando tras el agotador camino llegó a la escuela y vio el bus en el que el equipo de voleibol iba a irse.

Pudo ver a Sugawara y a Hinata hablando nerviosos pero sonrientes.

Una parte de ella quería acercarse y saludarles pero cada vez llegaba más gente al rededor del bus cosa que se lo impedia, no quería que esos chicos le rodearan de preguntas otra vez, no estaba de humor para eso.

-Hola -escucho una voz repentinamente en su oido cosa que le hizo dar un brinco por el susto

-¡Mier..! -insulto sin darse cuenta por el susto- ah, eres tú Tsukishima

-¿Decepcionada? -preguntó el rubio a modo de sarcasmo mientras acomodaba a sus gafas- ¿Vas a caminar o te vas a quedar ahí parada?

Asintió y camino hacia el bus con Tsukishima a su lado, lo que le pareció en extremo raro fue no ver a Yamaguchi, pero no quizo preguntar.

-Buenos días, Kyo-chan -saludo Suga con una sonrisa a lo que Kenjirou le hizo un ademán con la mano en modo de saludo.

No tardo mucho en llegar Yamaguchi quien estaba notoriamente nervioso, aunque lo intentará ocultar estaba temblando de manera muy notoria.

- L-lamento la demora es que... -Ni siquiera el tenía una excusa- Estas aquí Kyoko

-Vine a desearles buena suerte -Todo el equipo se dio la vuelta al escuchar eso, miraron a Kyoko con los ojos brillantes de la felicidad- S-seguro ganan -que se sintiera cómoda con Yamaguchi y Tsukishima no iba a hacer que de pronto se sintiera bien entre un equipo de chicos

-Nos esforzaremos -sonrió Tadashi- ¿No es cierto, Tsukki?

-Callate, Yamaguchi

Ukai apareció y señaló que era la hora de irse a lo cual Kyoko tuvo que entrar a la institución tras una corta despedida para poder ir a su clase.

El día no fue agradable, los profesores le regañaron múltiples veces por caer dormida sobre el pupitre o por no prestar la suficiente atención. Cierto era que estaba distraída, pues había pasado toda la noche en vela intentando aclarar sus ideas, la corta pelea que había tenido su hermano con sus padres le habia dejado pensando múltiples cosas.

Entendía el por que su hermano se sentía así, era un chico de trece años relativamente popular en la escuela, tenía una novia y muchos amigos, pero se le hacia imposible estar con ellos pues al igual que Kyoko debía estudiar por horas para poder mantener la beca que tenia, en cierta parte se sentía culpable, era su hermano pequeño, por eso su deber era aconsejarle y ayudarle, cosa que nunca habia hecho por estar centrada en sus problemas, siempre había pensado que era una buena hermana mayor que sacrificaba todo por sus hermanitos, pero bien era cierto que nunca se había fijado en sus sentimientos, si la vida de esa forma no era fácil para ella ¿Por qué debía serla para ellos?.

No comió nada en todo el día, pues su ánimo estaba por los suelos, incluso tuvo que estar encerrada en el baño durante los recesos pues sentía terribles ganas de llorar.

Parecía que las cosas nunca mejorarían, pues si mejoraban terminaban arruinadose a los segundos, no podía sentirse tranquila, debía estar realmente en un estado de alerta permanente si quería seguir adelante.

Cuando llegó a casa despues del trabajo las cosas no mejoraron, el ambiente estaba tenso pues Kaito no le dirigia la palabra a nadie, ni siquiera a Kaori cuando le pedía algo, no probó bocado durante la cena aunque Kyoko tampoco lo hizo.

Cuando sus hermanos se fueron aa dormir tomo la decisión abrupta de tener una conversación con él, ya que cuando los niños entraron felices para dormir Kaito abandono la habitación.

-Mocoso, ven a mi habitación -pidió amablemente

-No quiero -respondió el adolescente de forma maleducada

-No era pregunta

Kaito abandono su célular inservible en el sofá y con la peor cara que pudo poner se dirigió a la habitacion de Kyoko siendo seguido por su hermana.

-Toma asiento -apunto a el futon

-¿No tienes mejores cosas que hacer?

-Claro que no

El chico de cabello negro se sentó en el colchón a regañadientes mientras acomodaba sus cabellos aunque fuera imposible ponerle un orden a tal melena. A su lado Kyoko no tardó en hacer lo mismo sentandose junto a él con una lata de bebida energética en sus manos.

-¿Qué pasa? -preguntó Kaito de forma fría

-Quiero que hablemos - le sonrio- nunca hemos hablado enserio, quiero escucharte, saber como te sientes.

-¿De verdad?

-Así es, no te voy a gritar ni te voy a regañar

-¿Acaso no tienes amigos? -preguntó Sarcástico

-Oh, claro que tengo - le revolvió el cabello con ternura- Bien, ¿Cómo te sientes? .

-Como la mierd.... digo emm -empezo a tartamudear- No quise decir eso.

-Solo sueltalo ¿Qué te molesta más ahora? - el niño se mostró notoriamente sorprendido y luego se detuvo a pensar- sirve cualquier cosa.

-¿Le vas a decir a papá?.

-¿Crees que soy de esa clase de personas? -Kaito sonrió de medio lado para después largar un gran suspiro.

-La verdad es que últimamente me siento constantemente molesto, se que es tonto, pero todo me enfurece, lo que dije ayer no era cierto, amo a Keiji a Kaori y a Kaede, es solo que extraño la vida que teníamos antes, cuando eramos sólo tú y yo ¿Sabes? -La rubia se limitó a asentir- Estoy harto de sentirme de esta forma, nunca tengo tiempo para mi, siempre estoy estudiando o cuidando de ellos, quisiera una vez salir con mis amigos a el centro comercial, o simplemente a tomar un helado por primera vez, ya ni siquiera me invitan a las fiestas de cumple...cumpleaños y-y  -su voz se empezó a quebrar- simplemente quiero ser no...normal, preocuparme de las tonterías de mas que se preocupan mis c-compañeros -una lágrima resbaló por la blanca mejilla del chico- se que nunca voy a ser normal, me gustaría tener un teléfono célular o unos auriculares sin tener que ahorrar por un año.... yo ... yo.

El pelinegro rompió en lágrimas en los brazos de su hermana mayor, mientras murmuraba cosas o simplemente pedía perdón. Kyoko le daba palabras de aliento junto a unos tiernos golpes en la cabeza para reconfortarle, le entendía tan bien que sentía que estaba hablando consigo misma y no sólo por él parecido físico que era más que evidente, si no por el sentimiento que les abordaba, el querer ser como los otros era algo con lo que soñaba día y noche.

-Créeme que te entiendo, Kai -murmuró-  lo hago perfectamente. Te prometo que el día que abandone esta casa te llevaré conmigo... serás un adolescente normal, no te preocupes.

En su móvil que con suerte funcionaba sin que ella se diera cuenta había llegado un mensaje alentador.

"Ganamos Kyoko-chan".

"Nos vemos mañana".

"Nos vemos mañana"

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Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora