CAPÍTULO 48

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¿Qué había cambiado ahora?.

No, esa era una pregunta tonta, todo había cambiado y ella se había encargado de cambiarlo de primera mano, había sido su culpa por dudar y Kei estaba en todo el derecho de enfadarse por eso.

Llevaba tres años jugando con él sin notarlo, enfadandose y perdonandolo, amándolo y distanciandose. Él no se merecía eso, por eso lo había dejado, porque se merecía algo mejor, no a la chica egoísta y egocéntrica que era Kyoko.

Entendía que le odie, le había terminado solo una semana después de que él de una vez por todas había aceptado exteriorizar sus sentimientos.

Era una tonta por incomodarse por verle llorar, ¿Se conocían hace tres años y le sorprendía verlo llorar? ¿Qué clase de egoísmo era ese?.

¿Ella podía exteriorizar sus sentimientos y él no?, eso no era justo. Kei siempre se había esforzado en estar para ella aunque fuese a su manera y ella lo había pagado de la peor forma posible desde el primer momento, odiandole, por intentar ayudarla a recuperarse en primero y terminando con él porque a alguien no le agradaba que estuviesen juntos.

Eso no estaba bien.

Estaba siendo egoísta e injusta con quien solo le había entregado su corazón a pesar de no querer hacerlo.

Él le había cuidado y le había querido por tres años y ella se lo pagó jugando con su corazón.

¿Qué clase de novia había sido para Kei los últimos dos años?.

Él siempre se esforzaba por comprarle un café o una bebida energética y por acompañarle a casa cuando el podía estar en su hogar comiendo con su madre o leyendo alguno de los mangas que guardaba en su habitación. Kei había hecho tantos sacrificios por ella y Kyoko solo los pisoteo por su egoísmo y orgullo.

Se dio la vuelta en silencio y fue hacia su salón de una vez

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Levantó la vista en cuanto escucho la puerta del salón abrirse.

Y ahí estaba él junto a Yamaguchi, caminando hacía ella para pasar a su asiento una vez más.

Seguiré estando justo detrás de ti.

Aún iba a estar detrás de ella por una semana y media más, aún podía tenerle cerca y con eso estaba conforme.

-Kenjirou -su voz seca le llamó obligando a levantar la cabeza de la mesa una vez más viendo sus fríos ojos color ámbar clavados en ella con desdén.

-¿S-sí?.

-Son las cosas que dejaste en mi casa, mi madre lavó todo, no te preocupes por eso -dejó una bolsa negra de tela sobre su mesa y Kyoko solo pudo observarla en total silencio mientras él se sentaba en su lugar.

Abrió la bolsa lentamente para echar un vistazo y se encontró con todo perfectamente doblado sus sudaderas, camisetas y pantalones que dejaba en una esquina del clóset de Kei, su cepillo de dientes, su peine para el cabello, su perfume, todo estaba ahí perfectamente guardado y organizado como era costumbre en Kei.

-Gracias -le dijo algo triste y volvió a su postura normal guardando aquella bolsa en su mochila.

Observó a Tadashi quien le miraba expectante esperando a que le dijera algo más pero no fue capaz de hacerlo, no tenía el valor.

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Una media semana más tarde las cosas no parecían mejorar, era lunes otra vez y el lunes que seguía se graduarían de una vez por todas.

Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora