CAPÍTULO 46

3K 282 237
                                    


Fue doloroso cuando se dio la vuelta para ver a Kei de reojo y solo pudo verle estresado revolviendo y tirando de su cabello con fuerza, con la mirada vacía y triste, pero le dejo atrás y se dirigió a la parada de autobús sosteniendo con fuerza las lágrimas que amenazaban por salir.

Compro su ticket con dificultad pues su voz a penas era audible para los demás y se dirigió al bus que estaba estacionado esperando la hora se partida

En cuanto puso el primer pie en el bus y vio a su hermano sintió que ya no iba a contener por mucho tiempo las lagrimas. Caminó temblorosa entre la gente y su hermano quien sonreia divertido a su celular le saludo levemente con la mano y volvió a sus mensajes entre risas.

Se ayudo de los asientos para no caer pues todo en su cabeza daba vueltas una y otra vez, los recuerdos, los besos y los gritos que alguna vez habían compartido aparecían como relámpagos sentía como todos le miraban y juzgaban por haber roto el corazón de Kei, parecía que de pronto todos le odiaban tanto como lo hacía ella misma.

Se sentó a un lado de su hermano e intento respirar calmadamente como siempre lo hacía cuando sufría uno de sus ataques, mantuvo la respiración en su cuerpo y la dejo ir repetidas veces pero a pesar de todo eso fue imposible calmar el nudo en su garganta.

-Kaito -llamó a su hermano quien ya llevaba unos segundos observandole desconcertado por aquella actitud de la castaña incluso ya había bloqueado su celular esperando una explicación de su hermana mayor -yo... termine con Kei.

Solo eso basto para que las lágrimas que llevaba intentando contener corrieran como una cascada por sus mejillas junto a un sollozo desolador. Decir esas palabras había sido como un balde de agua fria, entendio que lo que habia parecido eterno por dos años había acabado, las risas, los besos, los abrazos, las mañanas en las que se despertaba junto a él, que ahora llegaban como rayos de luz a su memoria, habían acabado tan rapido como habían empezado.

De pronto lo que pareció una eternidad se había hecho poco, aún tenían muchas cosas por hacer juntos como para dejarlas atrás tan fácilmente. No había sido suficiente, necesitaba más de Kei, pero esa decisión era la correcta y no podia arrepentirse.

-¿Es enserio? -pero Kyoko no le quiso responder algo tan obvio- ¿Necesitas un abrazo? -asintió llevandose una de sus manos a su boca para callarse a si misma.

Kaito le rodeó con sus brazos y ella simplemente se dedico a llorar mientras explicaba la situacion entre sollozos que le impedían hablar con claridad.

.

.

.

Abrio la puerta de la casa muy lentamente pues se sentía lo suficientemente debil como para no poder abrir aquella puerta normalmente, paso casi treinta minutos sin poder dejar de llorar en el bus hasta que finalmente se quedo seca y las lágrimas no salieron más aunque el sentimiento no se detuvo , pero simplemente era por la estupidez que ella misma habia generado.

-Estamos en casa -gritó Kaito mientras ambos se deshacían de sus zapatos en la entrada.

Kaede aparecio corriendo para saludar pero Kyoko no le sostuvo en sus brazos como era costumbre, solo le dio una palmadita en la cabeza y siguió de largo sin siquiera molestarse en ordenar los zapatos que acababa de quitarse.

Moonlight  [Tsukishima Kei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora