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Jimin presenciaba por la ventana de su habitación, el cielo azulado que el domingo le presentó en una mañana tan fresca.

Respiró ese aire, mientras sostenía la taza de café en sus manos. Se sentía relajado, pero no podía quedarse todo el día contemplando el paisaje de su alrededor, pues debe regresar a sus deberes laborales. Pese a que no se presentaría a la compañía, aún quedaba trabajo por hacer en la oficina de su casa.

Su hermano se quedaría con la abuela y regresaría el siguiente día para recibir las clases extras con su nueva tutora. Jimin esperaba que le fuera muy bien y que, no tenga complicaciones con la menor.

Todo el día le llevó revisar y firmar papeles. Como todo empresario, la palabra «Descanso» no está en su diccionario. Aunque se sintiera agotado, seguiría trabajando, si no tenía nada más qué hacer.

El plan para destruir la empresa Jeon ya estaba en marcha y no se detendría; inclusive, ha puesto a trabajar a Han, respecto a su siguiente objetivo, Kang Chanbeol. Y el rubio, por supuesto, siguió con gusto toda orden.

Esperaba que todo esto no se saliera de control con la presencia del pelinegro en su alrededor, le frustraba sólo el verlo, o mencionar su nombre.

Cuando menos lo esperó, la noche ya estaba tocando en su ventana, visualizó el estrellado cielo a través de ella, y estiró su cuerpo para desechar todo estrés que acumuló al estar sentado en su despacho.

Quitó los anteojos que se le resbalaron por el puente de su nariz, al momento de su acción anterior.

«El trabajo y esfuerzo que haces ahora, será la recompensa de tu futuro.»

La frase que su abuela mencionaba todo el tiempo cuando recién lo inducía en el mundo de los negocios, pasó por su mente, al ver la pila de papeles a cada lado de su escritorio.

Pese a que algunos ya estaban revisados, no fue molestia alguna, revisarlos una segunda, o tercera vez. Es el camino para triunfar. No era inseguridad hacia su trabajo, él sabía perfectamente que no habría ninguna falla con sólo la primera revisión, pero aún así lo hacía.

Al punto en que su computadora reflejaba su descanso, Jimin escuchó a su celular; desde su ángulo, observó la pantalla, y lo tomó al ver que se trataba de una llamada con el contacto: “Idiota Kim❤️”.

Suspiró antes de deslizar a la izquierda, para responder.

—Dime. —contestó, apoyando su espalda en el respaldar de su silla.

—¿Jimin?. —escuchó la voz de Taehyung, en gimoteos. —¡Jimin-aah!...

«¿Qué?».

¿Por qué está llorando?.

Arrugó sus cejas en confusión. —¿Qué pasa?. —no lo admitiría, pero siempre se preocupaba al escuchar llorar a Taehyung.

—¡Mimiiiiii!.

Oh, ya lo está fastidiando, ¿Por qué no le dice de una vez?.

—Ya dime. —guardó la calma, un poquito.

Se escuchó a Taehyung sorber su nariz, para hablar mejor. —Ji-jimin... mi-mi... —sus sollozos eran más entendibles que sus palabras.

⸙˛Loving You [⋆] 🦋ु⋆ᴷᴼᴼᴷᴹᴵᴺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora