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El desinterés era notable en su ánimo, Kai se encontraba desayunando por segunda vez esa mañana, a pesar de que siempre pasaba su desayuno con tranquilidad y una innumerable paz, quejarse ya no le es posible. No estaba en sus manos la decisión de abandonar el estudio, si lo hiciera, se perderían todas sus comodidades, y con ello, él se arrojaría al vacío para siempre.

Nunca esperó a que alguien le tuviera paciencia; tutoras y tutoras tocaban a su puerta y tomaban de su tiempo, para frustrarse solamente, pues Kai no se motivaba en ninguna de sus clases; cansadas de ello, abandonaban al joven Park, diciendo a Jimin que no tenía remedio alguno.

Jimin por su parte, podría estar para Kai, pero el trabajo siempre se interponía, debido a ello, no le molestaba en absoluto que su hermano pasara la mayoría de veces con su abuela. Era consciente de que no le brindaba ni siquiera el 50% de su tiempo.

Kai es un chico risueño y extrovertido, pero Jimin no le gustaría que se acostumbre a ser dependiente de lo que otros le dan, no todo dura para siempre.

Y quisiera que él se preparase para el futuro.

Por supuesto, Jimin se aseguraría de protegerlo, no obstante, también tenía presente que llegará el día en que también se marcharía para estar con sus padres. Y no quisiera llevar ni un remordimiento consigo.

Mientras de la boca del joven que yacía sentado salía un bajo eructo, logró visualizar a Jimin, quien venía tapando su boca con su mano, al parecer cubriendo el bostezo que de ella salía. Se notaba somnoliento aún.

Se acercó a la mesa y tomó asiento.

—Buenos días. —saludó Kai.

Jimin no respondió, en su lugar, colocó sus codos encima de la mesa y sus manos en sus mejillas apoyando  su cabeza, y cerraba sus ojos lentamente, quedando nuevamente absorto en su adormitado momento.

Kai tomó un vaso de vidrio y un cubierto, golpeó del vaso con el cubierto, haciendo un ruido que hizo a Jimin abrir sus ojos algo sorprendido.

—Hyung, ¿Estás bien?. —Kai le cuestionó.

—Mmm... Disculpa, ¿Qué decías?. —Jimin tomó postura, y se aguantó un último bostezo para sonreírle a su hermano, quien le veía fruncido.

—Dije “buenos días”, y, pregunté si estás bien. —reiteró.

—Oh, estoy bien. —Jimin respondió tranquilamente, para tomar del jugo que preparó la mucama.

Kai lo vio con una cara y un gesto de incredulidad.

El desayuno que en la mesa se encontraba, se trataba de un bibimbap que contenía verduras, fideos, huevo, carne, y salsa; una perfecta combinación para su paladar.

Pero Jimin no lo comió todo, sólo la mitad, limpió sus labios con la servilleta luego de terminar de comer, y se puso de pie.

Kai lo observó. —Hermano, ¿Seguro estás bien?, ¿Dormiste bien?. —insistió. —Pareces que tienes falta de sueño. ¿Fatiga, tal vez?.

—Estoy bien, no te preocupes.

Con esas palabras, Jimin dirigió sus pasos a las gradas, pues debía prepararse para ir a trabajar. Un baño le vendría bien, para esfumar toda esa pereza que raramente siente.

⸙˛Loving You [⋆] 🦋ु⋆ᴷᴼᴼᴷᴹᴵᴺDonde viven las historias. Descúbrelo ahora