❝ La forma en que él la veía, la forma en que sus ojos siempre terminaban viajando hacia cada pequeño movimiento que hacía, como si verla fuera la más maravillosa forma de pasar el resto de su vida: eso fue lo que me quedó claro desde un principio.
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—¿No crees que pasas mucho tiempo con los Cullen? —le cuestiona Demian mientras cenan con la televisión prendida de fondo. —Es decir, Jasper me encanta como yerno, pero ya casi no te veo.
Oly lo pica en el estómago con su palillo chino en un intento de callarlo. Su papá se ríe fuertemente al darse cuenta de que ha dado en el clavo.
—Yo te pido permisos y tú me los das, así funciona esto —regresa los palillos hasta su caja de cartón donde ahora sólo queda arroz: apenas aprendió a usarlos, no podrá terminarse la comida china con ellos. —Aparte, ¿de qué te quejas? Tú eras el que quería que saliera más y conociera Forks.
—Forks, no solamente la casa de los Cullen. Y no me quejo, sólo digo que también quiero tiempo de calidad con mi hija —Oly le da la razón. Los últimos dos días —el beso con Jasper y ayer— casi no los ha pasado en casa. —Oye, ¿por qué no los invitamos a cenar un día?
—¡No! —su papá alza ambas cejas por la respuesta tan rápida. —Es... es decir, son... muchos en su familia, no cabríamos todos aquí, papá.
—Entonces, los invitamos a comer a algún lado para agradecerles por tomarte de acogida en su casa. ¿Sabes si comen mucho?
"No gastarías casi nada en la cena, te lo aseguro"
—Eh, pues un poco. De hecho, Emmet come bastante, sí, es un chico muy grande que necesita muchas... proteínas y carbohidratos y esas cosas —se lleva el vaso de limonada a los labios con intención de parar su bocota.
—Oh, pues ya veremos que hacemos. Hay que ser educados con esa familia —Oly asiente en su dirección y se levanta por una cuchara para terminar su cena. Escucha el suspiro ahogado de su progenitor. —¡Qué tonto!
—¿Y apenas te das cuenta de eso? —un pedazo de pollo a la naranja impacta en su espalda. Ríe con disimulo y se gira hacia él.
—Se me olvidó decirte que tu mamá quería que la llamaras —pasa su mano por su sien luciendo una expresión incrédula. —Dijo que quería esperar a que tú lo hicieras una vez que te sintieras mejor de... ya sabes, lo que paso.
El accidente afuera del hospital.
A pesar de que todavía no ha hablado del tema con su hija, Demian está seguro que Oly está consciente de la preocupación que sintió por ella esa noche, y que él está ahí cada que lo necesite, aunque no lo exprese todo el tiempo.
—Debería llamarle ahorita, no quiero preocuparla más —dice al cabo de un momento. Se aleja de la cocina para ir por el teléfono inalámbrico puesto en una de las mesadas de la sala. —Y gracias, papá, harás que ella me mate.
Marca el número de su antigua casa y espera tres tonos hasta que alguien descuelgue el teléfono.
