❝ La forma en que él la veía, la forma en que sus ojos siempre terminaban viajando hacia cada pequeño movimiento que hacía, como si verla fuera la más maravillosa forma de pasar el resto de su vida: eso fue lo que me quedó claro desde un principio.
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—Bella, ¿ya puedo saber a dónde me llevas? —guarda la misma paciencia que ha mantenido en todo el camino a pie desde su casa a la de su amiga con esmero, bastante esmero.
—Ya casi llegamos —se la imagina con una sonrisa ladina en la cara y se obliga a aguantar un poco más por ella.
Se detienen casi de golpe en alguna parte que no reconoce la chica de los ojos tapados. Es decir, están cerca de la casa de Bella —quiere creer— porque ella misma se lo confirmó, siendo la única pregunta que se dignó responder de todo su interrogatorio.
—De acuerdo, ya te soltaré —accede con un tono tirándole a emocionado, lo que eriza los vellos de Oly, y al fin retrae sus manos hacia atrás.
Con lo único que se encuentra Oly al abrir los ojos es con la camioneta de Bella aparcada donde siempre.
—Vaya, Bella, tu camioneta —bromea de manera suave. La mencionada rueda los ojos. —No sabía que tenías una.
—Me refiero a lo que hay en ella —avanza rápidamente hasta la parte trasera y baja la puerta, dejando al descubierto una gran montaña de, eh, algo desconocido cubierto por un cobertor. —Checa esto.
Levanta el cobertor, así dejando ver un montón de chatarra oxidada armada de una forma rara durante los primeros segundos, pero que toma forma en la mente de Oly al cabo de otros tantos.
—¿Motocicletas? —suelta con sorpresa.
—Las encontré y dije, ¿por qué no repararlas para darles su debido uso? —Bella lo dice con más sentimiento de lo que espera Oly, claramente forzado para sus oídos, pero mantiene su boca cerrada. —Sé que no es muy mi estilo.
—No lo es —responde con ligera gracia detrás de sus palabras y se acerca para apreciar las motocicletas más a detalle. —Pero eso da igual. Eh, y, ¿cómo planeas repararlas?
—Bueno, resulta que tengo un amigo mecánico —voltea, interesada hacia la castaña—: Jacob. Me ha comentado que repara autos, también le dio unos ajustes a la camioneta antes de que la comprara Charlie.
—¿Y sólo aparecerás, así como así en su casa? —entrecierra un ojo en su dirección.
—Esa es la idea —se encoge de hombros y Oly acepta esa respuesta. Sin esperar más, ambas suben a la camioneta y Bella pisa el acelerador con destino a la reserva. —No crees que le moleste, ¿cierto?
—Oh, Bella, estará todo menos molesto por verte —murmura con burla, segura de que ese simple gesto pondrá una sonrisa de oreja a oreja en la cara del chico de piel rojiza y cabello hasta la espalda.
Recorren el pueblo de Forks con velocidad y en poco tiempo lo dejan atrás, adentrándose por completo en la carretera rodeada por el inmenso bosque que Oly parece siempre apreciar con detenimiento sin importar cuántas veces haya pasado por ahí.
