| 2.14

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Es lunes, día de escuela, pero Oly no se ha molestado en levantarse de la cama ni para cambiarse de ropa y mucho menos para desayunar. Ha estado evitando lo mejor posible a su papá; lo ha hecho durante los últimos días donde se limita a saludarlo cortamente, no con toda la intención de comportarse grosera con él, claro —su excusa es que no quiere gastar la poca energía que tiene en peleas innecesarias—, antes de distraerse con otra cosa.

Así que, a esas horas de la mañana, cuando escucha una puerta abrirse junto a la suya, sabe que Demian se ha terminado de arreglar para ir a trabajar. Mientras él baja los escalones, Oly sale de su habitación para dirigirse al baño y, en camino de regreso a su cama, su voz la detiene antes de tener la oportunidad de evitarlo.

—Ya me iré a trabajar —es el mismo tono tranquilo de siempre, con un toque de más cautela. Es su mejor carta para este momento: caminar con sigilo sobre los vidrios rotos que él ayudó a agrietar. —Nos vemos en un rato.

—Que te vaya bien —ella responde con neutralidad y cierra su puerta sin decir otra palabra.

Se queda un par de minutos en la cama, viendo puntos fijos sin mucho interés. No es que haya mucho que hacer: ya ha organizado su habitación y su desorden al igual que ya ha cambiado de posición varias de sus pertenencias, como el acomodo de sus libros o de las pequeñas plantas sobre las repisas de madera. No se le ha ocurrido otra idea cuando su mirada cae en su librero.

Se acerca para pasar la yema de los dedos por los discos de vinilo en orden. No son tantos como quisiera tener, pero esos pocos son de sus artistas preferidos. Saca algunos para ver las portadas de estos y volverlos a poner en su lugar, pero se detiene cuando uno llama su atención.

Con el disco en sus manos, se aproxima al tocadiscos sobre su cómoda. Después de un par de intentos, Dream A Little Dream Of Me de Ella Fitzgerald comienza a escucharse dentro de su habitación.

—¿Podemos dejar de hablar de mí, por favor? —Oly lo mira tiernamente en su dirección. —Quiero seguir con mi bombardeo de preguntas.

Jasper se sienta en el piso, quedando su espalda contra los pies de la cama y a lado de la chica. Las luces de sus lámparas son suficientes para que el inmortal distinga cada centímetro de piel tibia y tersa de Oly.

—Pregunta, entonces.

—Eh... —duda unos segundos al estar con la guardia baja. —Si pudieras elegir cualquier otro don, ¿cuál sería?

—No elegiría otro, me quedaría con el que tengo —no duda al responder. Oly ladea la cabeza con curiosidad. —Mi don es bastante interesante y muy útil, en realidad. Me ayuda a controlar situaciones que puedan salirse de nuestras manos.

—Buen punto, chico listo, pero de igual manera —apoya su mentón sobre su palma extendida—, ¿no quisieras tener algún otro? Como, no sé, ¿volar?

Hello, stranger ━━Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora