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Gracias a las increíbles —nulas— habilidades sobre la moda y cómo vestirse para un evento relativamente importante, Oly termina demorándose más de lo esperado en arreglarse. ¿La parte buena? Al menos había regresado más temprano de lo esperado a casa, así que, si es lógica, no se le está yendo el tiempo de las manos.

Alisa otra vez su blusa, convenciéndose de que será una linda velada, para luego ponerse su suéter encima y volver a alisar la blusa, con miedo de que esté arrugada y su familia la corra de ahí.

"Deja de ser paranoica, por favor"

El reloj de la cocina apenas marca las siete con treinta minutos cuando escucha a un auto aparcar afuera de su casa. Se acerca a paso rápido al espejo colgado al pie de las escaleras, dándose la última checada. Tocan tres veces contra la puerta y las ganas de escaparse por la parte trasera aumentan.

Mete su teléfono en el bolsillo trasero de sus pantalones y las llaves tintinean al tomarlas. Se sorprende al abrir la puerta y solo ver a Jasper ahí, con ambas manos en la espalda, luciendo muy bien.

Demasiado.

—Buenas noches, Oly.

—Buenas noches, Jasper.

Deja la luz de afuera prendida para cuando regrese y está cerrando la puerta cuando Jasper vuelve a hablar, algo extrañado.

—¿Tu padre no está en casa?

—No, sigue en el trabajo. Volverá dentro de unas horas —le responde y nota el ceño fruncido en su rostro. —¿Está todo bien?

—Es que... planeaba entrar para hablar con él y asegurarle que te traería temprano, sana y salva.

Se le escapa una sonrisa por lo tierno que sonó eso, no puede evitarlo.

—Eres demasiado caballeroso para este mundo.

En su mente, el calor inexistente en el cuerpo de Jasper sube hasta sus mejillas. Comienzan a caminar hacia el Volvo plateado aparcado en la acera cuando Oly recuerda algo y se detiene.

—¡Mierda! Eh, espera un segundo. No tardo —y regresa corriendo a la casa para volver a salir ahora con algo en la mano. —Eh, sí... compré...

—¿Flores? —inquiere Jasper al sonreír ladinamente, viendo la pequeña maceta de margaritas.

—Es decir, como un pequeño regalo. Ya sabes, para no llegar con las manos vacías y-y para tu mamá o p-para la casa en general o... —se rasca la sien al percibir los nervios que la atacan—, para un plan que ya olvidé.

Jasper reprime la risa y se encaminan de nuevo al auto, Oly agradeciéndole cuando abre y cierra la puerta del copiloto. Al cabo de unos minutos, ya están de camino a la casa de los Cullen.

Hello, stranger ━━Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora