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Digamos que la rutina diaria había sufrido de un ligero cambio.

Ligero.

Conforme se organizaron más fiestas, el pequeño grupo de chicos comenzó a ganar popularidad al estar siempre presentes en éstas, sin importar el día y la hora. Las primeras veces se quedaban ahí un par de horas sólo para intentar despejar un poco la mente y aprovechar del alcohol gratis y se iban antes de que las cosas se pasaran de la raya. Las siguientes, Oly y los muchachos de la reserva se mantenían más tiempo de la cuenta, tomando shot tras shot y decidiendo regresar caminando hasta la casa más próxima debido al constante mareo en el que terminaban.

Otras, no todos ellos podían asistir, pero no era impedimento para Oly, quien siempre estaba acompañada de Tyler, Paul y Quil o incluso de alguno que otro extraño con el que entablaba una conversación y, por consiguiente, una fugaz amistad. No había excepción en que siempre estaba fuertemente agarrada del brazo de alguien mientras reía y se terminaba en pequeños tragos la cerveza en mano.

Su nombre adquirió fama —si lo llamas así—, tanto dentro de la escuela como en sus alrededores, permaneciendo —gracias al cielo— entre la joven población del pueblo. ¿Y cómo había llegado a ese punto? Porque la chica en cuestión se había vuelto irremediablemente amable y buena onda, dejando a todos encantados y a gusto con su presencia.

Sí, uno pensaría que habría adquirido una actitud de chica rebelde sin causa, tal vez grosera e incluso arrogante. Fue de gran asombro a los ojos de quienes la rodeaban que ni por asomo se había vuelto esa persona. En cambio, no había nadie que pudiera declarar alguna actitud irrespetuosa de Oly: su mundo se había asentado en una gruesa capa de amabilidad y respeto.

Hacia todos: sus amigos de la escuela, los chicos de la reserva. Bella, Demian y su madre.

¿La única que no era tratada con el mismo respeto que se merecía? Ella misma.

Incluso cambiando ese aspecto en su vida —que salía al natural, sin ser una farsa—, no podía verse con los mismos ojos con los que enfrentaba a todas esas personas todos los días. En el espejo, sólo veía a la patética e ilusa chica que alguna vez había creído en sí misma. Su reflejo ahora derramaba puros problemas, irresponsabilidad y estupidez.

¿Realmente llegó a creer que podría hacer algo de su vida? ¡Sólo tenía que verse durante unos segundos para descubrir que aquello sólo era una vil mentira que crecía a cada minuto, ella tan tonta como para creerlo!

A pesar de cada pedazo roto que caía de su ser, Oly mantenía todo ese teatro por las personas a su alrededor. Y le alegraba poder crear esa felicidad en ellos: ver sus sonrisas, sus ojos centellantes al verla acercarse e interactuar con ella como si realmente la apreciaran, cosa que no creía cierto desde hace días.

Si podía mantener aquello, ¿qué más daba lo demás? Parecía el único proyecto que podía conservar intacto en la actualidad, ya que la escuela también se había ido por la borda. Ella lo había tirado por la borda.

Hello, stranger ━━Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora