—¿Qué haces, cariño?
La pequeña está sentada en las escaleras de la nueva casa; desde hace rato que dejó de correr de un lado a otro. Ahora pone toda su atención en pasar de un lado a otro la crayola naranja sobre la hoja de su cuaderno de mariposas.
—Le estoy dibujando al cielo.
La mujer sonríe con ternura. Su hija siempre le ha gustado hacer cosas peculiares, justo como ella.
—¿Qué le dibujas? —la mujer se agacha para apoyarse en sus rodillas y acomodarle los mechones de cabello que se le escapan de su coleta.
—Una flor. ¿Crees que le guste el color naranja? —contrae su rostro en una mueca, cosa que la hace lucir adorable.
—Yo creo que le encantará —con esa afirmación, la niña regresa su atención al dibujo. —¿Quieres contarme por qué le dibujas una flor?
—Es que está gris.
Tiene razón. Sólo llevan dos días en Nueva Orleans y el clima no ha cambiado de ser ese melancólico color gris que hace lucir triste al lugar, como si tuviera una manta encima que obstruyese la vista que se supone debería ser colorida.
—¿Crees que es malo que esté así? —le pica un poco la curiosidad por descubrir su motivo.
—Yo creo que... debería no ser gris. Debería ser azul como siempre porque el azul es bonito —su madre vuelve a sonreír por los tantos "debería" en la oración. —¿Puedo hacerte una flor a ti?
Arruga las cejas sin dejar de sonreír. —Claro, ¿por qué me preguntas, cielo?
—Es que tú también te ves gris.
Desde hace varios días las peleas con su esposo habían comenzado a subir de todo: en realidad, desde algunos meses atrás las confrontaciones habían aparecido, si se es honesta. Fue apenas notorio, pero el ánimo y la comodidad de ambos cayó de manera estrepitosa. Creyó que sus hijas no lo habían notado y que habían logrado disimularlo al decirles que jugaban a ver quién gritaba más fuerte.
Se ha equivocado.
Por eso mismo fue que tomaron aquella decisión tan abrupta de tomar sus cosas y empezar en un lugar nuevo, al menos, durante un tiempo. Otra oportunidad para su matrimonio, tal vez; nuevos aires para las niñas, más que nada. Cualquier cosa que evadiera la ruptura entre ellos y lastimara a su familia.
Toma el mentón de la pequeña para hacerla voltear hacia arriba. Sus ojos brillan incluso con la escasez de luz y hay tanta suavidad en su mirada que la hace soltar un suspiro lleno de cariño.
—El cielo está triste, por eso se ve gris y apagado, pero cuando vuelva a sentirse mejor, el sol saldrá y hará brillar al cielo como siempre.
ESTÁS LEYENDO
Hello, stranger ━━Jasper Hale
Fiksi Penggemar❝ La forma en que él la veía, la forma en que sus ojos siempre terminaban viajando hacia cada pequeño movimiento que hacía, como si verla fuera la más maravillosa forma de pasar el resto de su vida: eso fue lo que me quedó claro desde un principio. ...