Romeo Y Julieta {Zayn Malik y Tú}

Capítulo 67 "everything will be fine"

Desperté de aquel recuerdo fantástico, volviendo a la realidad, pero esta vez, con una leve sonrisa en mi rostro, de una u otra forma, esto me permitía despejarme de los problemas que inundan mi mente. Es un buen método. La angustia había desaparecido de mi interior. Acaricié la sortija que tenía entre mis dedos. Sonreí un poco más.

Ya es hora de seguir, debo ir a alimentar a los pequeños.

Tomé lo necesario y me dirigí hacia la escuela, para dejar las loncheras con el almuerzo. Tenía toda la tarde sin más que hacer. Di la vuelta más larga para llegar a casa, comí un poco de la comida que había preparado, y me senté cómodamente en el sillón para ver alguna serie o película que estuvieran dando en televisión. 

Las horas pasaron... Mi alarma sonó, es hora de buscar a los pequeños. Y comenzó la rutina de la tarde. Pasamos al parque, no vi a nadie, solo estuve sentada mirando a mi alrededor, fuimos a casa, improvisé la cena, algo rápido y rico. Los pequeños hicieron lo que siempre hacen a estas horas, hacer sus tareas, ver tele, leer. Y se fueron a sus cuartos. 

10 p.m. Y Zayn no estaba en la casa, aproveché de tomar una ducha, ponerme ropa cómoda para dormir, pero no quise quedarme en mi habitación, por lo que bajé y  me quedé en el sillón, terminando la película en la que había quedado horas atrás. Tapada con una manta, atenta a la televisión, para evitar la melancolía, hasta que la puerta me alertó con la llegada de Zayn. Giré en dirección a la entrada de la puerta, pero él comenzó a subir las escaleras ¿En serio? 

Apagué la tele y seguí sus pasos. Dejó su chaqueta en la cama y mientras se desprendía de su ropa, cerré suavemente la puerta tras de mí. 

-Hey - dije fríamente. 

-Hola - se giró y me sonrió levemente, tenía unas ojeras horribles. 

-¿Qué sucede? - me senté sobre la cama, esperando que él me siguiera. 

-Mucho trabajo... el día ha sido de locos - no me siguió, se acercó al armario a sacar su ropa para dormir. 

-Zayn - tomé su mano y lo acerqué a mí - Algo sucede, te conozco. 

-Preciosa, solo estoy agotado - sus palabras salieron con dificultad - lamento no estar lo suficiente en casa. 

-Antes no era así ¿Por qué ahora te toca todo el trabajo duro? No tenemos ninguna deuda por lo que sé. 

-Debo hacerlo, para... - desordenó su cabello - conseguir un ascenso. 

-¿Y es eso necesario?

-Claro, quiero lo mejor para ustedes.

Suspiré, no me convencía para nada. Acaricié su brazo e hice una mueca. 

-Ve a ducharte, estaré durmiendo. 

Se puso de pie, y me recosté en la cama, apagué las luces y solo dejé encendida la luz que se encuentra en la mesita de noche de su lado. Sentí que se sentó junto a mí, tenía los ojos cerrados. Acarició mi cabello y besó mi frente. Dio la vuelta y se acostó a mi lado. Se giró para abrazarme y susurró en mi oído prometo que todo estará bien, dulces sueños, te amo. 

Sentí un poco de alivio. Su torso perfectamente adecuado a mi espalda, me daba una seguridad indescriptible, sus brazos me rodeaban dulcemente, intentando protegerme, y su cabeza estaba sobre la mía, sentía su respiración y nuestros cuerpos tenían el mismo movimiento. Entrelacé mis manos con las suyas, y logré caer en un profundo sueño. 

Nueva mañana, nueva rutina. Zayn nuevamente no estaba a mi lado. Ha despertado antes de mi alarma. No quise darle muchas vueltas al asunto, por lo que desperté a mis hijos mientras iba al baño a tomar una ducha. Me vestí, con algo cómodo, claro. Fui a ayudar a Tania con su ropa, y bajamos todos juntos. 

Y para mi sorpresa, Zayn estaba terminando de preparar el desayuno, con una hermosa sonrisa. Su rostro estaba reparado, a diferencia de su agotado rostro de anoche.

-Buenos días familia - dijo sirviendo el desayuno.

Los pequeños corrieron hacia sus brazos para saludarlo. Zayn los hizo sentarse para que la comida no se enfriara. Sonreí, y me acerqué hacia la isla que teníamos en la cocina, para los desayunos. 

-Buenos días preciosa, su café - extendió una tasa frente a mí, la acepté y bebí aquel café tan bien preparado - amaneciste radiante. 

-Creo que tuviste un sueño reparador - bromeé.

-Presiento que hoy será un gran día - besó mi mejilla.

Se sentó junto a nosotros y disfrutamos de un desayuno en familia. 

-Amor, recuerda que hoy debemos ir al cumpleaños de la hija de Liam.

-Es día de semana, salgo tarde.

-No des excusas - interrumpí - al menos ve cuando salgas del trabajo, Liam pretendía reunirnos para fijar algún encuentro para el fin de semana, vamos... nos divertiremos. 

-Haré lo posible.

Terminamos el desayuno, los pequeños fueron a cepillar sus dientes y buscar sus mochilas. Zayn entró al baño del primer piso y arreglaba su atuendo frente al espejo. Me acerqué a él.

-Te ves magnífico, no necesitas arreglarte tanto.

Sonrió, giró hacia mí y puso sus manos en mi cintura y besó apasionadamente mis labios.

-Te amo - susurró frente a mí. 

-Yo igual te amo - respondí. 

Volvió a besar mis labios, mientras sus manos subían hasta mi rostro para acariciar mis mejillas. Nos alejamos, ya que los pequeños estaban listos, era hora de salir.