Romeo Y Julieta {Zayn Malik y Tú}

Capítulo 8 " I'm wide awake"

Miré el reloj que colgaba en la pared 14:20 hrs. Dejé la habitación, ya que la chica aún no había despertado, y era seguro el lugar en el que estaba. Y ya era hora de ver a mis hermanas. Tomé un taxi y al bajar en casa, había una enorme caja con un pequeño recado.

“Ésta es tu parte, Marc”

Tomé la caja y dentro estaba la mayor parte del dinero. Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, ya que sabía todo lo que podría hacer con ese dinero. Abrí la puerta y las pequeñas saltaron sobre mí.

-¡Zayn, Zayn! ¿Dónde estabas?

Y sin más les conté la historia, del accidente y de la chica que estaba cuidando en el hospital. Omitiendo ciertas partes. Zayn robaste en una casa, y por eso, tu vida casi corre peligro. Ellas no se tendrían que enterar nunca.

Después de unos largos minutos junto a mis hermanas, entré a la ducha cambié mi atuendo y fui rumbo al hospital con una pequeña caja de dulces que las pequeñas habían preparado para mí.

En la habitación, tomé una silla y la corrí cerca de la camilla, ella aún no despertaba, aproveché de observarla detenidamente. Su rostro tenía varias raspaduras y pequeños cortes, uno de sus brazos estaba enyesado.

Notaba como el dolor se reflejaba en su dulce rostro, hasta que una enfermera irrumpió en la habitación, me miró detenidamente y con unas instrucciones me dejó la medicina, para que se las diera en el momento que ella las necesitara, claro ya que yo “era su novio”.

Unos murmullos me sacaron de mi pequeño transe, la chica estaba por despertar, y yo no sabía cómo reaccionar.

-¿Dónde estoy? ¿Alison? ¿Margaret? – su voz salió débil, dando leves quejidos.

-¡Espera! No te muevas tan rápido – al lograr ver el gesto de dolor que se formó en su rostro, atiné a acercarme a ella.

-¿Quién eres tú? ¿Y qué haces aquí? – Tragué saliva, intentando pensar en cómo le explicaría todo esto, pero ella se adelantó, estaba histérica - ¿Me dirás qué hago aquí?

-Primero que todo, cálmate. Te contaré todo, pero debes recostarte – tomé uno de sus hombros y con la máxima suavidad que tenía la recosté sobre la camilla.

Por un momento me observó de pie a cabeza con una mueca, claro... Mi aspecto, una princecita como ella de esas mansiones yo parecía un mendigo. Estaba bastante nervioso. Pero ella necesitaba saber por qué estaba en ese lugar, sus ojos me lo gritaban con desesperación.

-Soy Zayn Malik, sé que no nos conocemos pero, soy testigo de un accidente en el cuál tú estás involucrada.

-¿Accidente? – su voz salió temblorosa.

-¿Recuerdas lo que pasó anoche?

-Anoche... – con su mano desocupada sostuvo su cabeza - tengo una resaca horrible - bajó su mirada intentando recordar algo  – Alison... Nicholas ¿Dónde están? ¡MALDICIÓN ALISON! Te dije que nos fuéramos en un taxi.

Me sorprendí bastante con su reacción, pero ella no se contenía, sus ojos emanaban llamas. 

-¡Tranquila! – Tomé su brazo – Estarás bien.

-Ellos... – Apretó sus labios  – ¿Están... muertos?

-No – Dije de inmediato, notando la tranquilidad – Están bien, ambos se han ido de alta.

-¿Y por qué yo sigo aquí?

-No hay ningún tutor que te permita ir, y creo que faltan unos exámenes, además aún no han contactado a tus padres.

-Ninguno está conmigo... como siempre.

-Pero yo sí lo estaré.

-A propósito, ¿Cómo lograste entrar aquí? – su rostro cambió, desde el enfado a algo más neutro.

-Bueno... – Alboroté mi cabello – Le dije a los técnicos que... soy tu novio.

Solo hice una mueca mientras esperaba la reacción de la chica. La cual atinó a reír.

-No me lo esperaba, ¿Creyeron eso?

Afirmé con un ligero movimiento de cabeza mientras la chica seguía riendo. Recordé las medicinas que debía tomar, y tras tenerlas entre mis manos ella reaccionó.

-¿Esas pastillas me las debo tomar?

-¡Espera! – la tomé del brazo.

-¿Qué ocurre? – me miró asombrada.

-Yo te daré las pastillas, no debes hacer mucha fuerza.

Giré para sacar las pastillas de su envoltorio y entregársela con un vaso de agua.

-Lamento que tengas que estar aquí, seré una verdadera pesadilla para ti, aunque de todos modos ni eres mi novio.

-Si te molesta mi presencia puedo marcharme en cualquier momento – dije seco.

Noté como su expresión cambió de un segundo a otro, al parecer la idea no le gustaba para nada. Tomó las pastillas y siguió mirándome. 

-Por favor, quédate, digo... Si quieres - vaciló  - de todos modo no me hará mal algo de compañía, dudo que alguien más venga.

Al aceptar mi compañía, acerqué una silla hacia ella y comenzamos a charlar como nunca antes lo había hecho.

Por un momento creí que era una chica plástica, de estas típicas hijas de papá. Pero al momento de conversar con ella, su alma y personalidad brotaba. De a momentos sus ojos se llenaban de lágrimas, pero hacía lo suficiente como para ver lucir una de sus  sonrisas. Los temas que teníamos en común, eran bastantes. Jamás pensé que una chica con una situación de vida tan distinta a la mía fuese tan parecida a mí.

Quizás estuvimos hablando una hora o más, pero siempre llega el momento en el que alguien te tiene que sacar de algo que te ha maravillado tanto. Odio esos momentos.