Capítulo 7 "seconds, minutes and hours"

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Los minutos en este lugar se hacían eternos. ¿Cuánto habría pasado ya? ¿Una hora, dos horas?

Y lo peor, no tenía ninguna noticia de cómo estaba la chica.

-Zayn, ¿Acaso esa chica era tú amiga?

Marc estaba aquí, los grados de alcohol se notaban en su aliento. Lo ignoré, pero se sentó a mi lado.

-¿Acaso era tú familia? – insistió.

-No.

-¿Entonces qué haces aquí? – No respondí - ¡Vayamos a festejar!

-Eres un completo imbécil – apreté mis manos. ¿Qué pensaba que hacía yo ahí? Esperando a una fiesta, claro que no.

Necesitaba saber cómo se encontraba la chica. No me puedo ni imaginar, como me sentiría si en vez de esa chica, hubiera estado Marc en esa camilla. O peor aún, una de mis hermanas.

Sabía que esa chica necesitaba a alguien a su lado. De todas las horas que llevo en este lugar, nadie ha llamado por ella. Nadie ha preguntado cómo está ella. Ni su familia.

-Marc, será mejor que te vayas, te alcanzaré en unos minutos.

Respiré, intentando buscar algo de paciencia. Y a lo lejos Marc comenzó a tambalearse, alejándose del lugar. Era lo mejor.

Un médico salió de la sala de urgencias, sus guantes estaban sangrados y con vista fija en su destino, lo interrumpí.

-Por favor, necesito saber cómo se encuentra la chica.

-¿Usted es hermano, o algún pariente? – Me miró de pies a cabeza, negué – La información es privada, buscaré algún familiar, permiso.

-No ha llegado ningún familiar – insistí.

Dudoso, recorrió toda la sala de espera con la mirada, y al percatarse de que no mentía, accedió.

-La chica está mejorando tuvo unas graves lesiones, y una serie de golpes. Aún no tenemos la información exacta, pero pronto estarán los resultados.

Se alejó, y con un suspiro de alivio me volví a sentar.

A los minutos, una mujer entró llorando a la sala de espera. Un hombre bien mayor entró detrás de ella, intentando consolarla. ¿Serán los padres de la chica? Ambos lloraban con desesperación y se sentaron unos puestos más cerca de la puerta de la sala de emergencias.

Esperé a que se calmaran unos minutos y me acerqué a ellos.

-Hola – capté su atención.

-¿Quién eres?

-Soy testigo del accidente, y...

-¡Tú fuiste el culpable de que mi pequeña hija esté en este hospital! – gritó la mujer desesperada.

-No, estaba caminando por ese lugar y presencie el accidente.

El hombre abrazó a su esposa e intentó calmarla.

-¡Mi pobre Alison!

Otro doctor salió de la sala de urgencias, y se acercó a esta pareja.

-¿Señor y señora Badwi?

-No, Flint. Doctor dígame ¿cómo está Alison?

-Ella está bastante bien, se salvó por un pelo. Ahora irá a las habitaciones del segundo piso. Estará bien. Terminando un examen le daremos el alta.

La mujer agradeció a Dios y abrazó muy fuerte a su marido. Sin dudas, ellos no eran los padres de la chica. El chico que iba manejando, salió a la hora después con una venda y nada más. Un chico lo estaban esperando y sin más se marchó. Extraño...

Me acerqué al mesón, intentando buscar con la mirada, alguna mujer que me ayudara.

-Necesito saber si los padres o algún familiar de la chica que está en sala de urgencias, han llegado o saben que su hija está internada.

La mujer me miró estupefacta. Aclaró su voz y me miró con dulzura.

-Disculpe joven, pero está cuestionando mi trabajo.

-No – interrumpí.

-He intentado contactarme con todos los familiares de la chica. Sus padres están fuera del país, y no respondieron sus números. Nadie está cerca, quizás vengan a visitarla mañana.

-Pero... ¿cómo la dejarán sola?

-Mientras no haya un familiar directo, tendrá que ser así.

-Yo me puedo quedar.

-¿Usted es familiar? – alzó una ceja.

-No. Soy su novio – mentí.

-Vaya – abrió sus ojos inmensamente – veré si puedo hacer algo.

Y se alejó por una pequeña puerta detrás del mesón. Pasé las manos por mi rostro ¿Yo, su novio? No sé ni el nombre de la chica, no sé ni cómo es su rostro. Malik, ¿En qué te estás metiendo?

-Joven – dijo detrás de mí. Volteé y me entregó un pase.

-________ Badwi – leí.

-Espero que respetes los horarios de visita.

Acepté con un gesto, y me dirigí a la habitación en la cual ella estaba. Entré y ella estaba recostada en la camilla, aún con sus ojos cerrados y varios tubos y cables entrando y saliendo de su cuerpo. Estaba conectada a varias máquinas. Uno de sus brazos estaba envuelto en yeso. Y su cabeza envuelta en unas vendas. Tragué saliva con dificultad. Hasta que un doctor interrumpió en la habitación.

-Señor...

-Malik – respondí.

-Señor Malik, su novia está mejorando.

Una media sonrisa apareció en mi rostro, el médico comenzó a contarme todas las lesiones que tenía, cuanto tardaría la mejoría, y claro. Le comenté detalladamente el accidente, desde mi punto de vista.

Romeo Y Julieta {Zayn Malik y Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora