La nena de papá

Nacimiento de la princesa

-Bien, empecemos desde el hajimari ("principio"), es decir, ¡mi nacimiento!-Dijo Japón, con una gran sonrisa.

-Ándale wey, ¡estoy súper intrigado!-Gritó Mexico.

-Ufff, ¡y yo no te cuento!-Dijo Italia.

(COMIENZO DEL RECUERDO)

Imperio Japonés era un emperador ocupado. Su trabajo no solo se basaba en hacer masacres, sino también en ayudar a su población de los bombardeos y tiroteos constantes que recibían.

Muchas veces, mientras su población era bombardeada, se arriesgaba a salvar a niños que estaban asustados en la zona bombardeada, haciendo que el japonés esquive con muchísima precisión las bombas que caían desde los aviones enemigos.
El gran emperador resultaba gravemente herido, pero le agradecían y eso era lo importante.

Un día, su vida cambió para siempre, pues a su vida había llegado alguien súper importante.

Ese mismo día, Imperio se despabiló debido a que un integrante de su tropa lo despertó con desesperación:

-¡Watashi no sā! ("¡Mi señor!")-Gritó el integrante de la tropa japonesa.

-*Bosteza*, ¿qué quieres?-Preguntó Imperio, bastante dormido y fastidioso.

-Es que con la tropa vimos algo en una de las habitaciones de la Casa Imperial...

-¿Y porqué no fueron a investigar ustedes?-Preguntó el emperador, bastante irritado.

-Ya fuimos Watashi no sā ("mi señor"), pero es una manta que se mueve...-Dijo el soldado, con el fin de que su emperador vaya a ver lo que estaba pasando.

Sin ganas, Imperio Japonés se dirige hacia la habitación donde estaba la supuesta manta movediza.

Mientras el emperador entraba con cuidado, su tropa lo protegía por los costados.

El emperador japonés observaba la manta con muchísima precaución. La olió y la tocó, pero al hacer esa acción, un bebé comenzó a llorar:

-Ayyy Iesu..., watashi wa kowai... ("Ayyy Jesus..., tengo miedo")-Dijo otro soldado, bastante asustado.

-¡YA DEJA DE ASUSTARTE!-Gritó Imperio Japonés con una voz de ultratumba, lo cual hizo que el bebé llorara aún más fuerte.

Imperio, delicadamente, desató la manta y se quedó en shock al ver que ahí adentro había un bebé con unas características un tanto raras:

-Es un...-La frase fue interrumpida por Imperio.

-Bebé gato...

El emperador observaba al bebé y notó que tenía su nipón pero sin las rayas:

-Watashi no sā ("mi señor"), creo que ese es su..., bebé...-Dijo un recluta japonés.

-Pero..., ¡tal vez es el akachan ("bebé") de otra persona!-Dijo Imperio, volviendo a observar a la criatura.

-Pues, si no fuera de usted, nacería en otra casa, pero tan solo mire, está en uno de los cuartos de la Casa Imperial y tiene su nipón, además, es muy parecido a usted...-Analizó un recluta.

El bebé estiró sus pequeñas manitos hacia Imperio Japonés, queriendo ser alzado, por lo tanto, el emperador lo alzó y lo volvió a observar:

-Es..., hembra, ¡es una bebé gato hembra!-Dijo Imperio un poco emocionado.

-¿Entonces?, ¡es su hija señor!-Decía un soldado.

-Si..., es mi pequeña..., ¡mi linda Japón!, oigan todos, no es tiempo de ser cursis, preparen un biberón para la princesa, ¡ahora!-Dijo Imperio acurrucado a la bebé en su pecho.

-¡SI, WATASHI NO SĀ! ("MI SEÑOR!")-Gritaron a coro los soldados.

Mientras los demás preparaban el biberón, Imperio, que ya era papá, llevó a la pequeña a su cuarto.
Él se recostó como felino y puso a su hija en el hueco que generaba sus brazos al cruzarse, al más puro estilo del Rey León, en el nacimiento de Simba.

La bebé, mientras tanto, estaba muy inconsciente, solo sostuvo el dedo de su padre por largo rato hasta que llegaron las tropas con el biberón:

-Watashi no sā ("Mi señor"), aquí está el biberón para la princesa Japón...

-Gracias, ¡ahora puedes irte!-Dijo el emperador, dándole de comer a su pequeña.

Mientras tanto, Imperio le susurró un par de palabras a La Niña:

-Mi princesa..., bienvenida al mundo tesoro, papi te cuidará de todo mal y, en especial de bombardeos, pero tu tranquila que aquí estoy, ¡mi pequeña mochi!

(FIN DEL RECUERDO)

-Hasta ahora, Japón tiene razón, ¡fue súper cariñoso con ella!-Dijo Italia.

-¿Cariñosamente te decía "pequeña mochi"?-Preguntó Alemania.

-Si, porque el mochi es un dulce muy famoso es mi región. Es gordito y con mucho relleno. Mi papá me decía que era como ese dulce cuando era bebé, gordita y rellena de amor, ¡jeje!-Reía Japón.