-¿Saben algo?, cuando tenia 12, obtuve algo que cambió mi vida para siempre...-Relataba Japón.
-¿Pues que obtuviste?-Preguntó cálidamente el alemán.
-Pues mi papá me había dado una sorpresa muy grande, no me lo esperaba la verdad, ¡fue secreto en ese momento!-Reía Japón.
-¿Porque lo haces con tanta intriga?, ya dilo...-Dijo Rusia, molesto.
-Jeje, está bien..., ahí les va...
(COMIENZO DEL RECUERDO)
En esta época, Japón ya tenía la edad suficiente para quedarse sola en su casa, por ende, Imperio ya empezaba a irse a por trabajo.
Pero hubo una etapa en el cual Imperio se iba de la Casa, sin avisar, algo que de verdad preocupaba a La Niña.
Ella, todos los días, se despertaba y no veía a su padre por ningún lado..., solo se sentaba a esperar por largas horas para ver si aparecía y, cuando lo hacía, la gata se ponía muy feliz:
-¡Papá!, ¡volviste!-Reía de emoción la pequeña.
-Hola amor, ¿te portaste bien aquí solita?-Preguntaba tiernamente el emperador.
-Si, no hice nada, me quedé todo el rato aquí, sentada en el sofá..., esperándote...-Dijo la gatita, con cara triste.
En ese momento, Imperio observaba a su hija también con tristeza y desesperación, no entendía que le pasaba:
-Mi pequeña..., ¿estás bien?-Preguntó el mayor mientras le acariciaba la mejilla a su pequeña.
-Hai ("Si"), solo que..., no me gusta que te vayas sin avisar..., me siento perdida..., no pretendo que me digas donde, pero por lo menos dime "me voy hija, nos vemos"-Se quejaba la japonesa, siendo sarcástica en la oración con comillas.
Imperio solo observaba a la gata menor muy sorprendido y, con una pequeña sonrisa en su rostro, le contestó:
-Jeje, Jap, watashi no utsukuchī ōjo ("mi hermosa princesa"), me iba de la nada porque tengo un regalo para ti...
-¿Un..., regalo?-Preguntó la menor, sorprendida y con muchas dudas.
-¡Claro que si!, mira...
El emperador mostró el envoltorio que estaba escondido en su espalda. Se notaba que era uno un poco grande, pero decidió abrirlo.
Cuando ya sacó todo su empaquetado, observó que allí adentro había algo de color blanco y rojo carmesí..., ¿qué era?:
-¿Qué es esto?, no se me ocurre nada de color blancos y rojo carmesí..., jajajaja-Reía la japonesa.
-Jeje, tan sólo descúbrelo, te va a servir y a encantar..., ¡yo sé que si!-Reía Imperio a la par de su hija.
Agarró el objeto y, al estirarlo, se dio cuenta de que era un vestido:
-No me lo puedo creer..., es..., ¡¿un vestido?!-Preguntó la menor, muy fascinada.
-Si, un vestido para que podamos practicar algunas cosas que te serán de utilidad para tu cargo imperial, ¡mi pequeña!
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La nena de papá
FanficImperio Japonés..., uno de los asesinos y emperadores más conocidos de todos es, aunque no se crea, el padre que toda princesa o príncipe desearía tener. Japón, en esta historia, relata su vida y los recuerdos que tuvo con su papá, dando a entender...