Primera ceremonia de presentación

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-Cómo les dije, ¡tuve mi primera ceremonia de ese estilo a mis 17 años!-Explicaba Japón.

-O sea..., ¿te estuviste preparando durante muchos años para eso?

-¡Claro que si!, ¡practiqué todo, cómo posar, bailar, caminar con vestido, entre otras cosas!-Preguntó Nicaragua.

-Yo también recuerdo esa fecha, estábamos todos, era una mega festa ("fiesta")-Dijo Italia.

-No recuerdo haber estado ahí...-Dijo Rusia, muy serio.

-Es raro..., tú eras el hijo de la URSS...-Le contestó Chile, dudando.

-Rus, ¡claro que fuimos, papá nos presentó a todos!-Aclaró Ucrania.

-Yo tenía mucho miedo, ¡quería que me entrara el vestido!-Reía la bielorrusa.

-Yo estaba asustada porque quería que todo saliera bien, cómo lo había practicado, pero en especial, no quería tropezarme con mi vestido...-Se avergonzó Japón.

-Entonces, ¿llevaste un vestido súper largo?-Preguntó Argentina.

-Si, era pomposo y largo, jeje...-Rió Japón, muy nerviosa.

-Ya wey, ¡relata el momento!-Gritó el impaciente mexicano.

(COMIENZO DEL RECUERDO)

Japón ya era una adolescente de 17 años, todo un orgullo para su papá.

Luego de la charla que tuvieron sobre la ceremonia de presentación, por fin el día había llegado.

La japonesa se había preparado durante muchísimo tiempo para dicha festividad, quería causar una buena impresión.

Ese día, por la mañana, la gata se había levantado primero, por ende desayunó sola.

Cuando terminó, decidió pasear por los jardines de su Casa, pues estaba muy nerviosa por la fiesta que iba a tener esa misma noche.
A su vez, estaba un poco aliviada, porque iba a estar acompañada de Alemania e Italia, sus dos mejores amigos.

Imperio la estuvo buscando por toda la Casa hasta que la encontró en la jardines, ahí, sola, sentada en el césped, muy nerviosa:

-¡Buenos días mi pequeña!-Saludó Imperio a su hija con muchísimo entusiasmo.

-¡Buen día papá!-Sonrió la japonesa, muy nerviosa.

-Tesorito..., ¿estás bien?

-Si, estoy bien...

-Emmm..., no lo creo musume ("hija"), se te nota en tus orejas, ¡las mueves muy seguido!

-Jeje..., ¡tú si me conoces!..., en realidad tienes razón, estoy nerviosa por la ceremonia de hoy...

-Pero..., ¿porque estás nerviosa?-Preguntó cálidamente el mayor, sentándose al lado de su hija.

-Es que..., esta noche quiero que todo salga bien, estuve practicando por años y, además, necesito causar una buena impresión, soy la futura heredera de tu poder...

-Pero..., mi niña..., ¿porque te sientes así?, no me gusta que tengas presión o nerviosismo por todo esto..., sabía que te ibas a sentir así..., debí cancelar todo...-Dijo el emperador, con sus orejas de gato caídas y muy triste.

-No papá..., no te pongas así, no es tu culpa, solo quiero causar una buena impresión..., ¡es todo!-Decía Japón mientras abrazaba a su padre por atrás.

Después de una pequeña charla, ambos gatos no sabían que hacer en toda la tarde, por ende, se volvieron a dormir juntos, abrazados en el sofá del comedor.

Un recluta los despertó, pues ya era hora de cambiarse para ir a la ceremonia:

-Emm..., *muy nervioso*, princesa, mi señor..., ya es hora...

-*Toda dormida*, Tarō Kōno..., *bosteza*, ¡que gran sorpresa nos diste!-Reía la japonesa.

-Disculpa las molestias princesa, ¡pero ya es hora de cambiarse para la celebración de hoy!-Le recordó el recluta.

-Oh, es cierto, ya me estaba olvidando, ¿en donde se hará?-Preguntó Japón, tratando de despertar a su padre.

-Se realizará en el Palacio de Buckingham, dirigido por el Rey UK...

-¡Muchas gracias!, ya es hora papá, ¡despierta!-Gritó Japón con desesperación.

Cuando ya Imperio se despertó, desesperadamente se empezaron a cambiar.

El emperador, por su parte, se terminó de vestir primero. Llevaba un smoking casual con sus respectivas insignias que demostraban que era un emperador de gran prestigio y un sombrero de copa bajo.

Por otra parte, Japón salió de su habitación con el nuevo vestido que su padre le había comprado. Era de color blanco con perlas rosas, estaba hermosa:

-Wow..., Jap..., mírate, *solloza*, ¡estás hermosa!, ¡encima maquillada!, voy a tener un montón de yernos...-Decía Imperio riendo mientras se le escapaban un par de lágrimas de sus ojos.

-Jeje..., ¡gracias papá!, *le da un cálido abrazo*, no te defraudaré en mi primera presentación...

-¡Tu nunca me defraudaste!, eres una niña excelente hija..., ¡serás una gran emperatriz!

-Jeje..., *solloza*, todo esto es gracias a ti...

-Watashi no sā ("Mi señor"), ¡la limusina ya está aquí!-Aclaró un recluta.

-¡Genial!, emmm..., papá, ¿porque llevas ese sombrero?, quiero decir..., ¡estás bien con el traje solamente!-Sonreía Japón, muy nerviosa.

-*Todo triste*, algún día lo entenderás pequeña...-Aclaró el misterioso gato.

La nena de papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora