El destierro, parte 2

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En dicho bar, el alemán menor empezó a explicar cómo conoció a Polonia y porqué decidió hablar en ese lugar:

-Jungs ("Chicos"), lo que voy a decir es muy importante..., ella es Polonia, víctima de mi padre...

-¿Víctima?, no estoy entendiendo...-Dijo Italia.

Alemania comenzó a relatar los hechos que le había comentado Polonia, sobre que Third Reich estaba haciendo una guerra y que estaba matando a todo el mundo, todo con lujo de detalles. Una vez que terminó, Japón quedó en shock:

-¿Estas diciendo que mi padre es un asesino, al igual que el tío Third e Imperio Japonés?

-Si, Italia, así es..., nunca pensé que esto estaba pasando...-Dijo Alemania decepcionado.

-Yo estoy completamente en shock, pero tu deberías estar aún más, Ale..., es que Third Reich es el creador de todo este desastre...-Dijo Japón, preocupada pero a la vez tenía un millón de dudas.

-Si..., no se que hacer, *solloza*, es que, es mi padre...

Alemania fue directo a lo de su padre, al igual que Italia, pero Japón no hizo nada, solo se quedó deambulando por las calles, en verdad no le creía nada a su amigo. Ella sabía quien era su padre, nada de lo que decía Alemania era verdad...

Después de muchas horas caminando por todas las calles, regresó a su Casa Imperial:

-Papá, ¡ya llegué!, disculpa la tardanza, Alemania se volvió loco diciendo cosas absurdas sobre los tíos y tu, una locura...-Dijo Japón, riéndose y buscando a su progenitor.

Imperio no respondía, algo que preocupó a la menor, pero el mayor solo estaba recostado en su cama, en posición fetal.

Apenas escuchó a su hija, se levantó y refregó sus ojos con sus manos. Tenía la vista muy cansada y triste, algo le estaba pasando:

-¿Papá?, ¿qué te pasó?-Preguntó la menor agarrando la cara deprimente del emperador.

-Si..., tesoro, estoy bien...-Dijo muy desanimado.

Japón lo miraba raro, pero simplemente pensó que habrá perdido una batalla y se puso sentimental, así que simplemente se fue a dormir.

La gata menor automáticamente se durmió profundamente en la cama de su cuarto y, luego de un par de horas después, Imperio se recostó al lado de ella, formando la pose "cucharita". Se lo podía escuchar a Imperio susurrándole algo a su hija:

-Lo..., siento hija, perdóname por lo que haré...

La nena de papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora