Mientras Japón se encontraba en las lejanías, Imperio estaba allí, en su Casa Imperial, trabajando:
-Oye camarada, ¡quiero que busques a Japón, dile que vamos a comer!
-¡Claro que si, watashi no sā ("mi señor")!
El soldado empezó a buscar por todos lados a La Niña, pero no la encontraba.
En ese momento, ve a lo lejos un recluta que corría con desesperación hacia la Casa.
Cuando llegó, le comunicó algo muy perturbador y desesperante a su otro camarada:-Oye, ¿tú no eres uno que vigila las lejanías?
-Si, así es, vengo desde allí, la princesa está en peligro...
-¿La princesa?, ¿donde está ella?
-Observé las lejanías con un telescopio, ya que escuchaba gritos de desesperación allí. En efecto, era la princesa, no hay tiempo, avisémosle al emperador, ¡AHORA!
Los dos soldados fueron a avisarle a su emperador lo que estaba pasando, con muchísima rapidez y desesperación:
-WATASHI NO SĀ ("MI SEÑOR")-Gritó un soldado.
-¡LA PRINCESA, está en peligro!-Gritó el otro recluta.
-¿Pero donde está ella?-Preguntó Imperio, dudando.
-¡EN LAS LEJANÍAS, SEÑOR!, ¡no hay tiempo que perder!-Contestó el soldado.
A Imperio se le paró la respiración, sus ojos se abrieron como platos del susto y la desesperación:
-¡Hagan una gran tropa ahora, iremos hasta allí!-Gritó con furia el emperador.
Mientras tanto, en las lejanías, Japón fue acorralada. La pobre se puso a llorar y a desesperarse aún más, pues la tropa estadounidense la manipulaba psicológicamente:
-Nuestro jefe estará muy contento con nosotros...
-Pues si, encontramos a la princess ("princesa") del emperador japonés...
-No hay mas escapatoria, mejor ven con nosotros y no te niegues, te arrepentirás si lo haces...-Dijo este recluta, agarrando fuertemente a Japón del brazo.
Justo antes de que llevaran a Japón, los 4 hombres escucharon el maullido de un gato enojado y algo los sorprendió con arañazos y mordiscos.
La luz ayudó a reconocer a ese desconocido que atacó salvajemente a las tropas estadounidenses, era Imperio Japonés, demasiado enojado, acorralando a los agresores:
-¿¡Que le acaban de hacer a mi pequeña?!, mejor aléjense de ella porque les arrancaré los ojos, no vuelvan a acercarse a mi hija-Gritó el gran gato, con su pelaje erizado y sus garras muy tensas.
Los 4 muchachos salieron corriendo, asustados por la reacción del emperador. En eso, todos los guardias japoneses le preguntaron a la princesa si salió herida, lo cual era negativo.
Pero otro grito de Imperio se pudo oír en el lugar, el cual iba dirigido a Japón:-¡Me desobedeciste Japón!, te dije bien claro que no podías venir aquí
-Perdóname papá, yo solo...-Japón fue interrumpida por su padre.
-Eso no basta, casi te matan hija, ¿no eres consciente de eso?, ¡esos tipos estaban armados!-Gritó aún más fuerte el emperador.
-*puso sus orejas de gato bajas*, pero papi, por favor, perdóname, no quise...-La frase fue interrumpida por el emperador, nuevamente.
-¡YA ES SUFICIENTE!, ¡vamos a casa, estas castigada hasta nuevo aviso!-Gritó el mayor, caminando en 4 patas y subiendo a Japón en su lomo.
La Niña se durmió, abrazando fuertemente el pelaje de su padre:
-Mi señor, ¡la princesa está sana y salva!-Dijo un recluta japonés.
-Gracias a Dios, pensé que no lo estaba, por un momento sentí que perdía a mi pequeña, entré en pánico...
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La nena de papá
Fiksi PenggemarImperio Japonés..., uno de los asesinos y emperadores más conocidos de todos es, aunque no se crea, el padre que toda princesa o príncipe desearía tener. Japón, en esta historia, relata su vida y los recuerdos que tuvo con su papá, dando a entender...