Papá protector, parte 7

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Por varios días, Japón no salía de su habitación. Se la pasaba durmiendo o leyendo libros, pero siempre en su habitación, no quería ver el rostro de su padre y él tampoco el de su hija.

Un día, la mucama de la Casa Imperial le aclaró algo a Imperio:

-Watashi no sā ("Mi señor"), la princesa no salió de su recámara por varios días..., fui a preguntar por ella estos días, pero solo ella me dijo un simple "estoy bien", tal vez debería ir a verla...

-No me interesa, tiene que aprender su lección, no estará herida ni nada, no salió de su habitación, ¿qué peligro puede haber?-Dijo Imperio, muy insignificante.

-*Hace un largo suspiro*, creo que debería ir a verla, solo para saber si necesita algo, pero no soy quien para decirle lo que tiene que hacer mi señor..., solo puedo decir que todos cometemos errores y mentimos, ¿alguna vez ha mentido para su beneficio?-Preguntó la mucama, cómo si de un terapeuta se tratase.

Imperio se quedó pensando en esa pregunta. La respuesta era si, el también mintió para su beneficio a la edad de Japón, tal vez debía tomar en serio lo que decía la mucama.

En ese momento, Imperio toca la puerta de la habitación de su hija y Japón solamente atinó a decir:

-Mucama..., estoy bien, no te preocupes...

-No soy la mucama...-Dijo Imperio, abriendo la puerta delicadamente para no hacer tanto ruido.

-Eres tu...

-No tengo voz de mujer como para ser la mucama...-Dijo Imperio como forma de chiste.

-JAJAJA, eso estuvo bueno...-Reía Japón, a carcajadas.

En eso, Imperio se acerca y lentamente se recuesta al lado de su hija, pero de espalda:

-No entiendo qué haces aquí, se supone que estoy castigada...

-Bueno..., pero hubieras salido estos días de aquí...

-Ni siquiera puedo ir al techo, ¿entonces cómo quieres que me distraiga?-Preguntó la menor, irónicamente.

-Ya deja de quejarte..., intento solucionar esto...-Decía Imperio de una forma seca.

-¿Poniéndote de espalda y hablándome cortante?, wow, que forma tan linda de solucionar problemas de familia...

Luego de los dichos de la menor, el mayor de dio vuelta y abrazó a su hija por detrás, formando la pose "cucharita":

-¿Así puede ser?-Preguntaba Imperio.

-Jōsu ("Bien"), ¿qué quieres decirme?

-Perdóname..., quise proteger lo más preciado que tengo..., tú...

-*Piensa por unos segundos*, perdóname a mi también, no fue lindo de mi parte mentirte, tenías razón en todo...-Dijo Japón, dándose vuelta, mirando la cara de su padre.

-Bueno..., emmm, ¿ya estamos bien entre los Ni ("dos")?-Preguntó Imperio, con sus orejas bajas.

-Claro que si..., ¡VEN AQUÍ!-Gritó Japón, abrazando muy fuerte a su padre.

-*Corresponde al abrazo*, ¡no sabes cuanto te extrañé pequeña!

(FIN DEL RECUERDO)

-¿Le mentiste a tu papá?-Preguntó Italia, sorprendido.

-Jeje, ¡si!, ¡era para mi beneficio!

-¿Quien no lo hizo?, JAJAJA-Reía Nicaragua con Venezuela.

-No quisiera saberlo chavales...-Dijo España, mirando a Nicaragua y Venezuela.

La nena de papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora