Primer baño con agua

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-Espera, tengo una duda...-Dijo Singapur.

-¿Si?-Preguntó Japón.

-Los gatos le temen al agua, por ende, ¿cómo te bañabas?-Preguntó el singapurense, dudando.

-Jeje, ¡eso es fácil de responder!. Mi primer baño con agua fue a los 2 años, por lo tanto, antes de esa edad, ¡mi papá me bañaba y peinaba con lengüetazos!-Explicaba la gata.

-¿Entonces recuerdas tu primer baño con agua?-Preguntó UK.

-En realidad no, contaré lo que mi padre me relataba de ese momento. Otra vez los tendré que poner en contexto para otro watashi wa oboete imasu ("recuerdo")-Reia la japonesa.

(COMIENZO DEL RECUERDO)

Un nuevo amanecer aparecía en la Casa Imperial. El japonés mayor se había levantado primero, pero dejó a Japón dormir, veía que estaba durmiendo plácidamente y no la quería molestar.

Mientras tanto, Imperio quería darse una ducha, pues se sentía muy sucio, así que le ordenó a sus guardias que cuidaran a La Niña hasta que terminara su baño.

En un momento, mientras el emperador se bañaba, a este se le ocurrió una gran idea. Quería empezar a bañar a su pequeña con agua, pues este estaba cansado de lengüetazos.

Una vez que salió y se cambió, despertó a su hija para poder llevar a cabo su nueva idea:

-Mi princesa..., es hora de levantarte, ¡adivina que!, ¡salió el sol!-Despertó Imperio a su hija con voz cálida.

-*bosteza*, ¡papá!-Saludó la japonesa con voz dormida. Por suerte, cada día, aprendía nuevas palabras.

-Ven pequeña, ¡tengo algo que es esencial para ti!

-¿Meow?-Maullaba tiernamente Japón con cara confundida, no entendía lo que quería su papá.

-Ven, vamos al baño, ¡te enseñaré!

Camino al baño, Japón estaba muy emocionada por lo que su padre le iba a enseñar, ¿qué iba a ser?, ¿un regalo?, ¿un nuevo juguete?, pero en realidad le esperaba algo mucho peor.

Al llegar al sanitario, la pequeña vio la bañera llena de algo desconocido para ella:

-Vamos, no muerde tesorito, esto es agua, ¡si quieres puedes tocarla!-Dijo cálidamente el mayor, mientras acariciaba la cabeza de su hija.

Japón se subió a la tina a investigar y al principio le llamó la atención su cara reflejada en el agua, pero cuando lo tocó, salió despavorida a los brazos de su papá:

-Mi pequeña mochi, ¿qué tienes?, ¿acaso no te gustó el agua?-Preguntó Imperio, desanimado.

-¡No papi..., es mala!-Dijo Japón muy asustada, observando tiernamente a su padre.

-Wow, ¡hasta se te erizó tu pelaje!, pero creo que ya se por donde viene todo este miedo...-Dijo Imperio.

-¿Meow?-

-A mi también me pasó al principio, pero tienes que acostumbrarte tesorito, papá está cansado de dar lengüetazos para bañarte, además, este mundo del agua lo tienes que conocer, tarde o temprano...-Explicó Imperio, agotado.

La nena de papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora