Papá protector, parte 2

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Luego de tanto esperar, la noche había llegado. Japón ya estaba lista, así que decidió despertar a su papá, cómo él lo había pedido:

-Pa..., ya es hora de irme...

-Oh..., *bosteza*, está bien, te acompaño a la puerta...

Cuando llegaron a la puerta, ambos Gatos se saludaron para verse a la mañana siguiente:

-Bien tesorito, disfruta tu noche con los chicos y recuerda..., llámame si pasa algo, menos mal de que existen los teléfonos de disco...-Dijo Imperio, pensando.

-Jeje, yo te avisaré papá, no ocurrirá nada, los 3 somos chicos tranquilos..., descansa y..., te amo...-Dijo Japón despidiéndose de su padre con un abrazo.

Por suerte, la casa del alemán no estaba tan lejos, así que llegó de inmediato:

-Oh, Jap, ¡que gusto me da verte!-Dijo Alemania dándole un gran abrazo a su amiga.

-Jeje, *corresponde al abrazo*, ¡hola Ale!

-Ven, pasa, todavía no llegó Italia...

Al entrar, la gata simplemente dejó su bolso y se recostó en el gran sofá que tenía el alemán en su comedor. Él también la acompañó y empezaron a platicar mientras esperaban al italiano:

-Cuéntame, ¿cómo te las arreglaste para venir aquí?-Preguntó Alemania con una sonrisa, mostrando sus dientes picudos.

-Bueno..., digamos que le mentí a mi papá..., le dije que el tío Third estaría con nosotros cuidándonos..., con eso me dejó venir...-Dijo Japón, un poco triste.

-Pero mira el lado bueno..., estás viviendo un momento único, nunca tuviste estas fiestas por la noche, ¿verdad?

-Bangō ("No"), nunca, es por eso que tenía muchísimas ganas de venir, pero si no le mentía a mi papá, no estaría aquí hablando contigo, jeje...-Rió la japonesa.

-Jejeje..., mientras esperamos al dummkopf ("tonto") de Italia, ¿quieres comer algo?-Preguntó cálidamente el alemán.

-Claro...

Ambos Countryhumans se fueron a la cocina y se quedaron ahí, platicando de muchísimas cosas. Varias horas habían pasado, pero Italia no aparecía:

-Oh..., tal vez Italia no llegara a esta hora...-Dijo Alemania, un poco preocupado.

-Emmm..., ya es tarde, no creo que venga..., ¿pero que quieres hacer?-Preguntó la japonesa, muy animada.

-¿Qué categoría te gusta?

-Románticas, de terror..., de todo tipo...

-Emmm, terror no me gusta, perdóname...-Dijo Alemania avergonzado.

-Jeje, tranquilo Ale, veamos una romántica o algo de otro estilo...

Los dos amigos se fueron de la cocina al comedor. Allí había un gran sofá donde podían estar cómodos. Alemania tenía varias películas de terror gracias a su padre, que es super fan de las mismas, pero a la vez había encontrado de otras categorías, decidiendo al final la romántica.

Mientras la película transcurría, las escenas se iban tornando más sexuales y Japón se sonrojaba un poco al igual que Alemania.
En ese momento, Alemania empezó a ver muchísimo de reojo a la japonesa, pero esta rompió el silencio y miradas incómodas:

-Ale, ¿quieren obviar estas escenas?, tal vez te incomodan o...-La japonesa fue interrumpida por la acción del alemán.

El tricolor la besó sorpresivamente, algo que incomodó un poco a la gata.

El beso se iba tornando cada vez más calenturiento, usando lengua y mucha saliva.

El besuqueo se había terminado por la falta de aire, pero Alemania en verdad quería seguir, el beso lo había puesto bastante caliente, pero la japonesa no sentía lo mismo, alejándose un poco de él...

El alemán le sonrió pícaramente y se empezó a acercar cada vez más a la gata...

La nena de papá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora