<Capitulo 17>

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Mantener tu mente ocupada, siempre te ayuda en las ocasiones en las cuales lo que menos quieres es pensar en lo que te sucede.

Lo que menos quiero en estos momentos, es pensar en Paul. Pensar en él me recuerda al tiempo que llevamos alejados, pensar en él me lleva a ciertos momentos, pensar en él en si duele. Así que me siento mucho mejor conmigo misma cuando noto que no lo pienso.

Me mantengo ocupada en el trabajo, en las entrevistas, y en los diseños. Salgo a correr cada tarde, como de costumbre. Inicie unas clases de natación, las cuales me relajan por completo. 

Y claro, sigo con mis citas con Nick. Cada vez me siento aún más cómoda con él. Y desde que compartimos algunos de nuestros secretos, la relación que llevamos es mas relajada. Siento que puedo ser realmente yo misma, pero aún así me abstengo de ciertas cosas.

Y como estar con Nick despejaba la mayor parte de mi mente, lo había invitado a cenar al departamento y luego ver unas películas, o no se hacer algo tranquilo. Pero no es hasta que aceptó que me di cuenta de que mi alacena se encuentra vacía, las cosas que tengo no sirven para una cena adecuada. Así que me vi obligada a ir al supermercado.

Iba a preparar lasaña, así que en mi carro de compras estaba todo lo necesario para ello y alguna que otra cosa más para guardar para esta semana, o mes.

Me encontraba en el sector de los vinos, buscando uno para la cena y mi búsqueda se interrumpe cuando choco con un carrito, estoy dispuesta a disculparme, pero al ver de quien se trataba, solo quise rodar los ojos y suspirar.

¿Por qué cuando me encuentro tranquila se aparece? ¿Esta aliado con el Diablo?

–Yo también me alegro de verte –sonrie, y le frunzo aún más el ceño.

Su cambio de trato me hace doler la cabeza. Y estoy esperando a que me fastidie.

Sus ojos siguen estando cansados, aunque lo noto menos terrible que la ultima vez.

–¿No te parece extraño?

–¿El qué?

–No nos estamos gritando –me sonríe, y mi cuerpo tiembla ¿qué?

–Sigo esperando los motivos para hacerlo –se ríe.

–¿Y Nick?

Nuevamente frunzo el ceño.

–¿Y tus chicas?

–Bien, gracias por preguntar –me sonríe, y ahora esa sonrisa me hace sentir enferma.

–Aqui traje los tomates, oh... Hola Nathalie –Marie deja una bolsa con tomates en el carro que lleva Paul, y me sonríe.

¿Por qué están juntos?

–Hola –intento sonreír, más allá de la sorpresa que me da verlos juntos.

–¿Llegue en un mal momento? –pregunta Marie al notar la evidente tensión.

–No, de todas maneras... ya tienes los tomates. Así que nos vamos –Marie asiente, y Paul pasa por mi lado sin decirme adiós.

–Esto... eh... adiós –Marie me sonríe, y le devuelvo la sonrisa, para luego observar como corre hacia Paul.

Deberia no importarme. Debería no generarme nada. Debería.

Di cuando (#2 A través de ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora