<Capitulo 24>

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Eres un completo, y jodido idiota, Paul.

Es lo que me repito mientras me observo en el espejo del bar en el que termine viniendo, luego de haber salido de esa forma del departamento. 

¿Cuantas copas mas necesitas para saberlo? Eres un idiota. Ella te necesita.

Mis ojos están inyectados de sangre, y a la vez llenos de dolor. Mi rostro es una total miseria. Hoy a la mañana el chico que me devolvía la mirada en el espejo, estaba feliz y ahora esta totalmente destrozado.  Que increíble y horrible cambio.

Ahora que pienso en frío, y no con enojo, me arrepiento. Fui un idiota. No tuve que tratarla así, no tuve que irme de esa manera. Me sentí confundido, dolido y enojado cuando me lo dijo, y no fui yo el que hablo, el que dijo todas esas cosas horribles. Fue mi puto enojo.

Tuve una mezcla de sentimientos, y las sigo teniendo. Solo que esta vez me siento horriblemente triste, no enojado. Nathalie debe de sentirse aun peor, y yo aquí en este maldito bar. Llevo horas lejos de ella, y creo que es el momento de ir a buscarla.

Suspiro profundo, y cierro los ojos. Intento mentalizarme el como reaccionar cuando la tenga frente a mi, y en como posiblemente reaccione ella. No me merezco su perdón, tiene todo el derecho de mandarme al carajo. Y yo me voy a tener que callar, e irme. Así como ella se callo cuando la trate de esa manera horrible.

Salgo del baño y me choco con varias personas hasta llegar a la salida. La leve brisa nocturna choca contra mi rostro, y de alguna manera me tranquiliza. Me subo al auto, y conduzco hasta el departamento de Nathalie. No me encuentro bien para conducir de esta manera acelerada, pero lo único que quiero es llegar a ella y abrazarla. Incluso aunque me eche luego.

Llego al edificio, y me meto en el estacionamiento. Nuevamente me encuentro mentalizando sus posibles reacciones antes de animarme a bajar.

No seas marica, compórtate como un hombre esta vez.

Bajo del auto y corro hacia el ascensor, y respiro costosamente mientras la maquina me lleva al piso de Nathalie. Me siento sofocado, me siento nervioso, y todas estas sensaciones me llevan a temblar. 

Llego al piso de Nathalie y camino por los pasillos de forma lenta, hasta que llego a la puerta de su departamento. Cuento hasta diez mas de veinte veces antes de animarme a tocar el timbre.

Ella te necesita, Paul. No seas un cabrón esta vez.

La puerta se abre ante mi segundo llamado, y mi corazón se quiebra cuando la veo. Tiene los ojos hinchados, y repletos de lágrimas. Su rostro esta mas jodido que el mio, y me siento enfermo porque yo lo provoque. Por unos largos segundos ninguno dice nada, solo nos miramos, como si estuviéramos estudiando nuestros próximos movimientos.

Al ver que ninguno dice nada, me abalanzo hacia ella y la abrazo. Nathalie se sobresalta ante la sorpresa, pero termina rodeándome con sus brazos. En cuento nos abrazamos, ella se quiebra en mis brazos, y yo en los suyos. Lloramos en la puerta de su departamento, lloramos sin decir nada. Abrazamos nuestro dolor sin decir nada, aunque el abrazo a veces habla mas que las palabras.

Nos separamos después de unos segundos, y seco sus lágrimas, pero estas nos dejaban de salir. Nathalie seca las mías, y me doy cuenta de que no la merezco. Soy un jodido cabrón, merezco que me eche de aquí. Pero no, esta secando mis lágrimas.

Di cuando (#2 A través de ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora