.
Todo es mas simple cuando eres un niño y solo te importa jugar. Todos al crecer entendimos el por que Peter Pan quería ser siempre un niño.
Salí de mis largas horas de la residencia, completamente cansado, para llegar al departamento, abrir un maldito libro y estudiar. La época de los exámenes finales es la peor de todas. En momentos así me dan ganas de renunciar a todo, dejar el estudio, dejar el hospital y vivir la vida loca. Pero eso no seria vida, lo se. A la larga se que me terminaría arrepintiendo. Y una de mis metas es ser un pediatra el día de mañana, así que para eso, tengo que sentarme largas horas a estudiar.
Cuando mas me dan ganas de renunciar, mas me acuerdo de lo que quiero, y así me motivo a seguir. Por mas cansado que este.
Suspiro al ver al chico que me devuelve la mirada en el espejo, ojeroso y cansado. Me dirijo a la cocina, y me sirvo una taza de café.
Hola, viejo amigo.
Me siento en el escritorio que tengo junto a la ventana que da a la ciudad, y abro el libro. Nuevamente suspiro, y esta vez de forma mas pesada.
No me ganaras esta vez. Le hablo mentalmente al libro y comienzo a leer. Comienzo a aprender lo que leo, a entender. Comienzo a guardar información en mi cabeza, hasta hacerla estallar en mi imaginación.
De repente la pared azul se torna interesante. Creo que necesita que le retoque su color.
¡Paul, concéntrate!
Me regaño a mi mismo para quitar mi atención de la pared, y vuelvo a leer. Vuelvo a guardar información en mi mente.
Y no se como sucedió, pero me dormí. Me despierta el sonido fatal del timbre, o tal vez yo lo siento fatal. Observo el libro que esta mojado por mi saliva. Genial.
El timbre sigue sonando ¡Dios, que sonido tan fatal!
Me levanto enojado, y camino hasta la puerta. La abro sin siquiera ver de quien se trataba antes, estoy dispuesto a maldecirle hasta el apellido al que sea que me molesto, pero al verla... todo enojo, y cansancio se esfuma.
Mirándome con dulzura, y sonriendo levemente. Mis ojos están felices de ver lo bien que luce en ese jean azul, lo bien que sus piernas van con el. Mis ojos están felices de ver el sutil escote de su remera blanca, y en sus pies... unas cómodas Converse negras.
Nunca se lo dije, pero me gustaba mas verla en este aspecto.
–Hola –le sonrío como puedo.
–¿Un mal día?
–Un día de estudio.
–Eso apesta –asiento– Solo quise pasar a verte, pero no te quiero molestar.
–Nunca me molestas.
Nathalie me sonríe, y doy un paso hacia atrás para dejarla pasar. Ella sonríe aun mas segura, y pasa.
–¿Seguro? Lo entenderé si quieres tu espacio.
–Lo se. Pero quiero que te quedes. Además... un recreo no me vendría mal.
Le sonrío, y esta vez soy yo el que sonríe seguro de si mismo. Me acerco a ella, y pongo mis manos en su cintura, la voy a besar, pero cuando quiero hacerlo un maldito bostezo me interrumpe, logrando que Nathalie se riera.
–Si, bueno. Luces cansado y estas cansado –pone sus brazos alrededor de mi cuello.
–El sexo me despertara.
ESTÁS LEYENDO
Di cuando (#2 A través de ti)
RomanceSegunda parte de A través de ti. © Todos los derechos reservados. Esta totalmente prohibida la copia o adaptación de la historia. Obra registrada en Safe Creative bajo el código 1508034804056 © Paul West vivió enamorado de su vecina durante mucho ti...