<Capitulo 37>

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Y así como recibimos los resultados de que nos encontrábamos saludables, obtuvimos el turno para la primer prueba. Primer intento ¿de cuántos será? Creo que es mejor no fijarse en esto ahora.

Ya había entregado mi prueba, ahora solo quedaba la parte de Nathalie. Quedaba ese procedimiento el cual nos iba a dar la respuesta final.

El médico que nos estaba atendiendo, nos informo que el primer intento no siempre funciona. Como para que no estemos con falsas esperanzas. Aunque creo que ninguno las tiene, ambos vinimos aquí sabiendo esto, ambos no esperamos ni resultados buenos, ni malos. Simplemente lo intentamos, y lo que venga después, veremos como llevarlo.

Más allá de no esperar ningún tipo de resultado, los nervios siempre están. Como en un examen, cuando sabes que estudiaste pero aun así no te sientes seguro de lo que aprendiste. Entonces vas a rendirlo sin esperar un resultado bueno, o malo, pero los nervios están. La pregunta del "¿Qué me habré sacado?" Se te presenta. Y a mi se me presenta la duda de "¿Como nos ira en esto?" Y entre ellas, otras dudas: ¿estamos realmente preparados para este camino?  ¿Como reaccionaremos si tenemos una falsa ilusión? ¿Qué pasa si no puedo ser lo suficientemente fuerte cuando algo asi pase?

¡Dios, por más que quiera mantenerme tranquilo y lo intente, mi mente no deja de sumergirme en un mar de preguntas!

Vamos a hacer presente el ultimo consejo que recibí, Hunter me abrazó y me dijo "Sera lo que tenga que ser, pero ten en cuenta que los milagros existen. Si crees que no, mírame a mi. Confía, y cuando no sientas fuerzas, yo estaré ahí para dártelas así como tú hiciste conmigo. Busca el resultado de tu felicidad"

El resultado de mi felicidad, de nuestra felicidad... lo tiene la ciencia, Dios ¡Lo que sea!

Salimos de la clínica en un profundo, y tal vez incomodo silencio. Hay silencios que son buenos, pero éste en particular no me tiene tranquilo. Quiero saber cómo esta.

–¿Estas bien? –le pregunto finalmente mientras conduzco.

Nathalie suspira profundamente y asiente.

–Si, solo... Solo no puedo creer que estemos haciendo esto –medio que sonrie– Tengo una mezcla de sensaciones.

–Es normal, pero sabes que estamos juntos en esto.

–Lo se–me sonrie– Ahora lo que menos quiero es pensar en esto. Vayamos a buscar a Nolan, ambos lo necesitamos.

Tiene toda la razón. Ambos necesitamos a ese pequeño de rizos oscuros, mirada profundamente tierna y sonrisa que te brinda paz.

Nolan se encontraba en la casa del hermano de Nathalie, Ivan. Así que pasamos por allí, y en cuanto nos ve viene corriendo hacia nosotros. Con Nolan esperamos a Nathalie en el auto, mientras le cuenta a su hermano lo de hoy.

–Paul, ¿podemos comer pizza hoy? –me pregunta Nolan, y me giro a verlo con el ceño fruncido y cruzado de brazos. Nolan me mira y se ríe, no es la primera vez que me llama por mi nombre, pero sabe que me gusta que me diga papá. Rara vez suele llamarme por mi nombre– Lo siento. Papá ¿podemos comer pizza hoy?

Le sonrío.

–Ahora mucho mejor –me sonrie– ¿No comiste pizza ayer?

–Si, pero quiero comer otra vez.

–Mamá no creo que te deje.

Nolan suspira resignado.

–¿Qué comeremos?

Di cuando (#2 A través de ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora