3: Roncola NO, por favor

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Cuando mi madre llegó a casa después de trabajar, lo primero que hice fue armarme de valor para llevar a cabo mi plan. Sabía que no sería fácil colársela y tenía que hacerlo muy bien para que no notara que estaba mintiendo.

―¡Mamá, no te lo vas a creer! Resulta que tenía apuntado que el trabajo de historia era para el viernes, pero hoy me he enterado de que es para mañana y aún no lo he empezado. ―Fue lo primero que se me ocurrió y me pareció de lo más convincente―. Así que... ¿Podría ir a dormir a casa de Hayden para hacerlo? ―pregunté intentando disimular mi temblorosa voz. Ella aún no me había confirmado si podía ir, pero supuse que su madre diría que sí.

―¡Siempre igual Katherine! Tienes que enterarte mejor de las tareas, no puedes ir siempre al límite con tus estudios. Es la última vez que te dejo ir a dormir a casa de alguien entre semana y solo porque no quiero que baje tu media de clase por un estúpido trabajo ―advirtió con tono de madre protectora.

Me dio un discursito sobre que los estudios son importantes y que no puedo dejar todo para el último día porque en la universidad fliparé y blablablá, cosas de las que pasé totalmente porque solo estaba pensando en lo bien que me lo pasaría esa noche.

No podía dejar de gritar internamente porque mi plan había funcionado y sin siquiera tener que esforzarme.

Después de eso fui rápidamente a mi habitación y me preparé la mochila para la noche. En ella metí el vestido negro que me había comprado, mi estuche de maquillaje, el pijama, la ropa que me pondría al día siguiente y los libros que tenía que llevar. Me despedí solo de mi madre, ya que mi padre seguía en el trabajo, y me fui a casa de Hayden para empezar a prepararme y arreglarme.

Llegué bastante rápido a su casa y en apenas unos segundos después de picar a la puerta, me abrió su madre. Se la veía agotada, como siempre, debido a que trabajaba demasiadas horas. A pesar de eso, me recibió con una amplia sonrisa en el rostro.

―Hayden está en su habitación, pero antes de que subas te aviso de que la tiene patas arriba así que, no te asustes. ―Reí y me arriesgué a adentrarme en su desordenada habitación.

Lo primero que vi al entrar fue ropa tirada por el suelo y la cama sin hacer, típico de Hayden.

―¡Ya has llegado! Me tienes que ayudar a elegir un conjunto para hoy, no tengo ni idea de qué ponerme. ¿Voy en plan casual con tejanos y una camiseta? ¿Voy más arreglada con un vestido? ¿O hago una mezcla entre casual y formal y llevo una falda con una camiseta por dentro? ―preguntó mientras se ponía prendas encima de su ropa.

―Me parece buena opción lo de la falda con camiseta, opto por eso.

―Gracias Kate, eres la mejor. ―Me abrazó y cuando se apartó se quedó mirándome pensando en lo próximo que me iba a decir―. Por cierto, no me dejan que te quedes a dormir, mi madre esta noche trabaja y me ha dicho que, si te pasa algo, será responsabilidad suya y que no se quiere arriesgar. Lo siento mucho, de verdad. ―Se mordió el labio mirándome con cara de pena.

Eso no me lo esperaba, todo mi plan se había desmoronado en tan solo unos segundos. ¿Tendría que llevar a cabo su descabellado plan B? Esperaba que no.

―No pasa nada, tu madre tiene razón, ya buscaré alguna solución, tú no te preocupes ―dije para calmarla intentado disimular lo nerviosa que me había puesto. No quería dormir en la calle y no podía volver a casa, estaba sin ideas y también sin opciones lógicas.

Decidí dejar de rallarme y empecé a arreglarme. Ya vería dónde me quedaba sobre la marcha.

Me puse el vestido, me hice un delineado negro y me pinté los labios de rojo, algo que no solía hacer pero que con mi pelo rubio quedaba bien. Hayden se puso el conjunto que había escogido y se hizo un ahumado en los ojos que hacía que la palidez de su piel destacara.

[Disponible en físico] | Todo comenzó en esa estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora