33: ¿Por qué fingiste que te gustaba?

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Nos vestimos con una sudadera y un abrigo y fuimos hacia la puerta del salón. Cogí las llaves de la mesa del recibidor y salimos haciendo el menor ruido posible. Bajamos las escaleras para evitar el sonido del ascensor y llegamos al portal.

Me alivié al no verlos allí porque de haber sido así, a Hayden le hubiera dado tiempo de volver a mi casa subiendo las escaleras. Aunque igualmente, se lo hubiera impedido porque lo mejor era que lo solucionara con Álex cuanto antes.

Caminamos hasta al parque de al lado de mi casa y los vimos sentados en un banco. Álex estaba fumando y Matt comiendo patatas. Rebeca se acercó por detrás sin hacer ruido y puso las manos en los hombros de Matt, haciendo que este saltara.

―¿Nos echabais de menos? ―preguntó mientras Matt se recuperaba del susto.

―Joder tía, la próxima vez saluda como las personas normales, de frente. ―Se rio y fijó su mirada en mí―. Venga va, acercaros.

―¿Acercaros? ―Álex lo miró con cara de pocos amigos y luego vio a Hayden―. Joder, no me habías dicho que venía ―tiró el cigarro al suelo y se levantó―. Me voy de aquí, será lo mejor.

―Tan machote que parecías en el hospital y ahora no te atreves ni a afrontar esta mierda. ―Hayden se acercó con paso firme hacia él―. Venga, ahora ya no estoy indefensa en una camilla, así que, dime todo lo que me tengas que decir.

―Aquí, delante de todos no. ―Dio un paso hacia atrás para alejarse de ella―. Si quieres un día quedamos y ya lo hablamos tranquilamente.

―No eres listo tú ni nada. ―Frunció el ceño y se volvió a acercar a él. Le cogió del brazo y lo arrastró con ella. ―Ahora volvemos chicos ―dijo mirándonos.

―Menudo carácter tiene Hayden. ―Las dos asentimos y nos empezamos a reír―. ¿Queréis patatas? ―Negué con la cabeza y Rebeca cogió unas cuantas.

―¿Y qué tal vuestra relación? ―preguntó mientras degustaba el snack. La miré confundida y luego dirigí la mirada hacia Matt. ―¿O vosotros no estáis juntos?

―No estamos juntos ―contesté conteniendo la risa. Por desgracia, a Matt no pareció que le hiciera mucha gracia.

―Pues no, no lo estamos. Hay algo que lo impide. ―Giré el rostro inmediatamente y Rebeca pareció interesarse más por la conversación indicándole que continuara―. Ya sabes, Jace ―dijo para aclararlo a pesar de que yo a lo había pillado. Le di un leve codazo y a él se le dibujo una sonrisa en el rostro.

―O sea, ¿estás saliendo con Jace? ―preguntó sorprendida―. Ya decía yo que era muy extraño que me rechazara ―soltó tirándose el pelo hacia atrás.

―No, no. No estoy saliendo con él ―contesté de seguida sin pensar. Inmediatamente analicé lo que Rebeca había dicho y todos mis sentidos se activaron. ―¿Cómo que te rechazó?

―A ver, no me rechazó como tal. Nos enrollamos y eso, pero no le apeteció hacer nada más ―dijo quitándole importancia al asunto.

―Normal, en frente de todos a nadie le entran ganas de seguir con el tema ―contestó Matt poniendo los ojos en blanco.

―Ah, no hablaba del juego. Luego nos liamos en la habitación y bueno, por circunstancias de la vida, no follamos. Pero no pasa nada, si no estáis juntos, aún me quedan días para volver a intentarlo ―respondió con una gran sonrisa y yo la fulminé con la mirada―. Realmente sé que él tenía ganas, pero tú estabas desaparecida y supongo que como sois tan amiguitos, estaría preocupado por ti

Intenté contener mi rabia y me mordí la lengua para no decir ninguna estupidez.

―Vaya, vaya, al final no fue solo un reto ―dijo Matt dirigiendo la mirada hacia mí. En ese momento deseé que se callara la boca, pero por desgracia, no lo hizo―. Bueno, según tú no te gusta, así que, ¿Por qué deberías estar molesta?

[Disponible en físico] | Todo comenzó en esa estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora