45: La nota debajo de la puerta

1.2K 54 8
                                    

Blake Brooks no había parado de ocasionar problemas desde su repentina llegada. Todo había empezado con la discusión de aquella mañana, pero todo se había acabado de torcer al pillarme comiéndole la boca a su hermano.

Por suerte o por desgracia, no le había dicho nada a sus padres a cambio de tenernos comiendo de su mano. Todos los favores que necesitara, debíamos hacerlos.

Ya había cobrado mi primer sueldo y después de lo ocurrido, no me lo pude tomar con la alegría que esperaba.

Había organizado un día de compras con Hayden y también me había replanteado invitar a Jace a cenar, pero la verdad, se me habían quitado las ganas por completo.

Estaba impaciente por saber que había planeado Blake. No tenía ni idea de qué era capaz de hacer o de pedir, y eso, me tenía atormentada a todas horas.

No sabía si valía la pena seguir guardándolo en secreto. Al fin y al cabo, podía buscarme otro trabajo, no tan bien pagado, pero sí que me diera el suficiente dinero.

Hacía un tiempo, su madre me había dicho que le hubiera gustado que saliera con Jace, pero ahora que nuestra relación estaba más expuesta profesionalmente y que nuestro trabajo como compañeros había sido un éxito, dudaba que le hiciera gracia.

Además, prefería evitar cotilleos entre otros trabajadores al enterarse que nuestro contacto era tan estrecho. Dejarían de verme como su secretaría y empezarían a formar teorías de que solo estaba allí por enrollarme con Jace.

Me encontraba en mi cama, sumergida en mis pensamientos, cuando de repente alguien abrió de par en par la puerta de mi habitación, provocando que todos mis debates internos se desvanecieran.

—No me puedo creer que mi mejor amiga esté tirada en la cama sin hacer nada un sábado. Estar enamorada te está afectando más de lo que debería —soltó Hayden mientras se sentaba en el borde del colchón.

—Deja de decir que estoy enamorada porque no lo estoy —murmuré con la cabeza hundida en la almohada—. ¿Qué haces aquí interrumpiendo mi momento de descanso?

—Hace una semana me prometiste que saldríamos por ahí —contestó con el ceño fruncido—. Te tengo que explicar cómo fue el fin de semana a solas con Álex y tú me tienes que contar detalladamente qué pasó en París porque te recuerdo, ¡qué aún no me lo has contado! —me gritó de repente haciendo que me sobresaltara.

—Estoy de malhumor. Vete, déjame descansar, déjame a solas con mis peluches —musité aplastando un conejito que tenía desde pequeña. Sus manos se posaron en mi abdomen y me empezó a mover de lado a lado—. Si sigues así, vas a conseguir que pote todo el desayuno —amenacé con cara de pocos amigos.

—No pararé hasta que no te levantes —canturreó haciendo que mi paciencia se agotara. Tenía claro que con lo tozuda que era no iba a parar, así que le hice caso y me levanté de la cama.

—Bien, primera misión completada —dijo orgullosa dando palmas por su triunfo—. Ahora arréglate que vamos a dar una vuelta.

—Me caes mal, debería haber elegido otra mejor amiga —solté con la voz ronca por el sueño.

Sin tener idea de cómo lo había conseguido, Hayden y yo fuimos en dirección al centro comercial más cercano. Esa chica tenía un poder de convicción tan grande que a veces la hacía parecer una bruja maligna controla mentes. Aun así, era inevitable no quererla.

Mientras esperábamos al metro, le expliqué la repentina vuelta del hermano de Jace y la relación amorosa que se estaba desatando entre nosotros dos. Al principio flipó un poco, pero luego le aclaré que de momento no habíamos acordado nada serio. Ni siquiera habíamos hablado del tema.

[Disponible en físico] | Todo comenzó en esa estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora