Me encontraba en la oficina de Jace, con los ojos fijos en los suyos mientras me decía que me fuera de allí, cosa que no tenía intención de hacer.
―Tú no me llevas a ningún lado. No me voy a ir.
―Venga Kate, no seas tozuda. ―Me cogió del brazo y me arrastró hacia la puerta.
―No me cojas ―espeté deshaciéndome de su agarre―. Dime qué te pasa ―insistí.
―Nada, cosas mías, no te preocupes, prefiero estar solo.
―Claro que me preocupo. ¿Eres bipolar o qué? Estábamos súper bien y de repente te pones así de raro. Necesito una explicación lógica para esto. ―Me crucé de brazos.
―No es algo que te incumba, así que no tengo porque contarte nada. Deja de insistir. ―Su tono de voz fue demasiado frío, hasta hiriente.
―Pues si no confías en mí, entonces deberías olvidarme. ―Lo aparté y fui hacia la puerta del despacho―. Ya vuelvo sola a casa. Y que sepas que paso de trabajar para ti y menos si vas a cambiar de actitud de esta manera.
―Kate, no quería decir eso, espera ―dijo agarrando mi brazo.
―¡Déjame! ―grité antes de soltarme de su mano y salir de allí.
Seguí caminando por el pasillo, ignorándolo completamente. Bajé por el ascensor y luego salí del edificio. Como me conocía la zona, me acerqué a la estación de metro que quedaba más cerca y me dirigí hacia casa. Necesitaba alejarme de todo eso, pero sobre todo necesitaba urgentemente alejarme de él.
Cuando llegué, fui directa a mi habitación y me estiré en la cama. Miré el móvil y vi que tenía llamadas perdidas de Jace. Inmediatamente dejé el teléfono en la mesita y clavé la mirada en el techo.
A lo mejor Jace había reaccionado así porque pensaba que iba a suceder algo entre los dos, y hasta yo lo había pensado. Estábamos demasiado cerca, con una gran tensión acumulada al menos por mi parte, y sus ojos centrados en mis labios. Puede que lo hubiera mal interpretado, pero la otra opción era que simplemente me hubiera provocado para ver mi reacción, para jugar conmigo. Las últimas veces que nos habíamos visto, también había optado por un tira y afloja, pero por lo visto no le gustaba arriesgarse demasiado para no tensar la cuerda.
No entendía que había hecho para que me tratara de esa manera. Que quería algo, que luego no, que luego sí. Me sentía usada y manejada a su antojo. Yo sabía que era fuerte, pero su presencia me ablandaba y él, seguramente era consciente y se aprovechaba de ello. En ningún momento debí dejarme llevar.
Cogí el libro de mi mesita de noche, ese que llevaba semanas intentando leer de forma rutinaria y que aún no había pasado ni de la página treinta. Me senté en la cama y me concentré en la lectura para distraerme y dejar de pensar en Jace.
No era muy aficionada a la lectura, no porque no adorara los libros, sino porque tenía malas rachas y siempre terminaba en bloqueo lector. Así que siempre optaba por comprar revistas de moda y belleza, que, a pesar de no ser novelas, me hacían sentir un poco productiva, y supongo que me ayudaban a activar mi creatividad indirectamente.
A lo mejor por eso había podido ayudar a Jace con su campaña, y puede que no se me diera tan mal como pensaba el campo de marketing e incluso llegar a ser entretenido.
Había vuelto a pensar en Jace sin darme cuenta.
Dejé el libro habiendo leído unos cuantos capítulos más y me puse a planificar la agenda para las semanas siguientes. Ya quedaba poco para navidad y tenía que organizarme bien para poder estudiar, hacer trabajos, aprovechar a pasar tiempo con mi familia y también que me quedara rato libre para mí.
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[Disponible en físico] | Todo comenzó en esa estación
RomanceEsta es la reescripción de una novela ya publicada en mi perfil. Se publicará en físico vía Amazon el 16 de junio de 2022. Toda la info en mi instagram: @ausibooks Todo puede cambiar en un efímero instante. Esos momentos que pasan tan rápido y que...