24: Cosa que veo, cosa que quiero

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Jace se giró inmediatamente hacia mí.

―¿QUÉ HACES? ―gritó alarmado―. ¡Qué tampoco beso tan mal!

―Shh. ―Le tapé la boca con la mano―. Cállate y métete debajo de la cama ―exigí susurrando. No podía permitir que nadie lo viera en mi habitación y menos a las horas que eran.

Unos segundos después, la puerta de mi habitación se abrió y apareció mi madre.

―¿Con quién hablas Kate? ―preguntó mirándome como si estuviera loca.

―Estaba escuchando música. Ya sabes que a veces me pongo a cantar y me motivo ―dije lo primero que se me pasó por la mente y oí una risa debajo de la cama. Inmediatamente hice un bote para que se callara y paró de reír. ―Perdón es que a veces la cama cruje y me molesta. ―Mi madre me seguía mirando como si estuviera mal de la cabeza.

―¿Y qué haces sin camiseta y con una caja de pizza en la cama?

―¡Mamá cuántas preguntas! Me estaba cambiando para ponerme el pijama. ―Puse los ojos en blanco―. Y sobre la pizza... ―Me quedé pensando―. Es lo que me sobró en casa de Hayden hace unos días, que lo dejé debajo de la cama por si me entraba la gula.

―Espero que estés bromeando ―soltó medio furiosa medio preocupada―. Debe de estar podrida ya, anda trae aquí, no comas ni un trozo más. ―Se acercó y cogió la caja de cartón―. Si tienes hambre, ves a la cocina, ¡no tienes que comer a escondidas!

―Vale, vale, perdón. Ahora voy a coger algo decente.

―Pero coge algo ligero, que tienes que dormirte proto para mañana madrugar.

―¿A dónde vamos? ―pregunté extrañada.

―A buscar a tu prima, al final se han adelantado los planes ―soltó con una sonrisa de oreja a oreja.

―¿Cómo? Me dijiste que venían el sábado a cenar y el domingo a comer.

―E iba a ser así, pero tus tíos han cogido vacaciones antes de lo previsto y han decidido que sería buena idea venir un día adelantado para aprovechar todo el fin de semana en Chicago. Recuerda que vienen desde Nueva York, así que iremos al aeropuerto hacia las nueve.

―Eso significa que me tendré que levantar antes de las ocho. Y encima el primer día de vacaciones. ―Suspiré pesadamente.

―Kate no te quejes tanto. ―Puso los ojos en blanco―. Mira el lado positivo, así puedes pasar más tiempo con tu prima. Tus tíos se quedarán en el hotel y a ella la alojaremos aquí, ya que tienes un colchón de sobras.

―Si tú dices que eso es positivo... ―respondí bajando la mirada.

―De verdad que no te entiendo. Con lo bien que os lleváis y te pones así. ―Se acercó a mí y me dio un beso en la frente―. Buenas noches Kate.

―Buenas noches mamá. ―Salió de la habitación y cerró la puerta.

Me estiré mirando al techo y Jace salió de debajo de la cama. Me había olvidado completamente de que seguía allí.

―Supongo que mañana no vendrás a trabajar. ―Giré la cabeza y lo miré.

―¿Quién ha dicho que voy a trabajar para ti? Ya te dije que pasaba de tu propuesta. ―Lo fulminé con la mirada ignorando lo que acababa de pasar entre nosotros para ver si él sacaba el tema―. Además, creo que mañana voy a estar bastante ocupada. ―Subí las manos detrás de la cabeza.

―¿Qué ha hecho tu prima para que te pongas así?

―Nada en concreto. Simplemente es que tiene un carácter especial y pues a veces chocamos. Cuando mi madre ha dicho que tendremos que dormir juntas entre cuatro paredes... ―Suspiré―. Espero que no nos acabamos matando.

[Disponible en físico] | Todo comenzó en esa estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora