Enamorado de un Fantasma. ©

Capitulo 28

(Nicole)

El fin de semana paso y el lunes, Ximeno nos llegó con la noticia de que le había pedido a Natalia una chica de otro grupo que fuera su novia y le dijo que si, no alegramos por él y luego me dijo —A ver cuando ya le das el sí a Chava— suspire y dije —Pues cuando me lo pida Ximeno— y todos nos reímos.

El día paso normal, las clases bien, esta vez si iba bien con las materias a pesar de todo el rollo de Salvador. Pero en la salida paso algo que no me esperaba. Salimos las chicas y yo, Ximeno se fue con Natalia y cuando íbamos a doblar la esquina para salir, Salvador nos alcanzó y dijo —Hola señoritas, ¿me dejarían acompañar a Nikki a esperar su autobús?— me quede paralizada y Alejandra dijo —Por nosotras no hay problema Chava— se despidieron de mí y Nefer me susurro —Bésalo de nuevo amiga, yo sé que lo deseas— me reí y cuando se fueron dije —Así que...— y él dijo —Así que...— nos reímos y me dijo —Dame tu mochila, te ayudare con tus cosas— lo mire confundida, eso era raro y dije —No Salvador, así estoy bien, no pesa nada— pero me ignoro y me quito la mochila y no pude hacer nada porque ya se la había puesto así que dije —No sé porque haces esto— y el inmediatamente me dijo —Porque me interesas— sentó sonrojarme y cambie el tema enseguida —Veo que te gusto el dije— sonrió y lo tomo entre sus dedos —Fue el mejor regalo de cumpleaños Nikki, nunca me lo quito— no pude evitar sonreír y él me dijo —Te ves hermosa cuando sonríes— alce mi vista y le dije —Deja de hacerme cumplidos Chava, no me gusta— era verdad, odiaba que me dijeran cumplidos, se rio y dijo —Yo solo digo la verdad Nikki— llegamos a la estación y le dije —¿Me podrías devolver mi mochila? Ya viene mi autobús— me la devolvió y me dio un beso en mi mejilla, cerré los ojos y le dije —Gracias, ten una linda tarde— espero hasta que me fui y vi que espero hasta que el autobús se alejó.

Desde ese día, diario me esperaba y me llevaba a la parada, platicábamos muy poco, pero me sentía muy cómoda con él a mi lado, creo que esa era buena señal. Y un mes pasó, estaba a punto de terminar el cuatrimestre y seria el baile de fin de año, no me gustaban y probablemente no iría, o quizá Salvador me hiciera cambiar de opinión.