Enamorado de un Fantasma. ©

Capitulo 41

(Salvador)

Después de que los chicos interrumpieran mi reconciliación con Nikki, tocando la bocina de la camioneta y lanzándome besitos me pasaron a dejar a mi casa y les dije —En verdad chicos muchas gracias, les debo una— y Neri dijo —Nada, nada, solo ayúdame con la gasolina y no hay bronca hermano— me reí —Claro, porque el viernes necesitare que me prestes la camioneta de nuevo— el acepto y luego se fueron. Eran unos amigos geniales.

Al día siguiente, hable con mi mama, y le pedí prestada la cabaña, porque bueno, era ahí, donde comenzó nuestra historia. Ella accedió y me pregunto si podía ayudarme en algo, y le dije —Si, mama, ayúdame a elegir el menú— y ella me dijo —Umm, te parece, espagueti a la boloñesa, pollo con salsa de nuez y de postre amm...— sabía cuál era el postre perfecto así que dije —Pastel de chocolate ¡perfecto mama!— era jueves así que tenía muchas cosas que hacer. De hecho no mucho, solo fui al súper por lo que necesitaría para la cena. En la noche hable con Nikki y me dijo — ¿Me darás una pista de a donde me llevaras mañana?— suspire —No amor, solo ponte algo elegante— se rio y dijo —De acuerdo— luego nos despedimos y me fui a dormir. Mañana tendría un día muy atareado.

Me desperté a las 8 de la mañana, me fui a la cabaña, tenía que barrer, trapear, cambiar las ropas de cama y eso, una vez que termine, fui a la florería a comprar rosas, muchas rosas. De regreso, descargue la pista, la favorita de Nikki y bailamos el día que le pedí que fuera mi novia. Eran las 4 cuando mi mama y yo nos pusimos a cocinar, buen tiempo. Y en lo que estaba la comida, nos pusimos a deshojar las rosas, las quería para hacer un corazón en la cama, ¿romántico no? Bueno, a las 6 de la tarde Neri fue a dejarme la camioneta, estaba todo listo, los pétalos, las velas y luego mi mama me mando a ducharme, dijo que tenía que estar listo a las 7, para estar puntual en la casa de Nikki. Y eso hice.

Hace dos años que yo ya no era amm ¿virgen? Fue en la preparatoria, con una chica que me gustaba, pero no fue una bonita experiencia, cuando tuve relaciones con ella, ella sabía mucho más que yo en eso, así que con ella aprendí

ciertas cosas. Esperaba que esta noche, fuera una hermosa experiencia para Nikki. La amaba tanto. 7:30 ya estaba en camino a la casa de Nikki. Mi mama me dijo que ella pondría la mesa y encendería las velas. Una vez que llegue ella abrió la puerta... estaba bellísima. Esta noche lucía un vestido tipo halter, parecido al del baile de fin de año, solo que este era un poco más corto y ¡Wow! Era color gris con un cinturón color rosa pálido, zapatillas negras de gamuza estilizaban sus piernas. Se veía... maravillosa. Sonreí y ella se sonrojo al notar que la mire de pies a cabeza y la única palabra que pude articular fue — ¡Wow!— sonrió y dijo — ¿Solo dirás eso? ¿No me darás un beso?— la tome por la cintura, me incline y la bese tiernamente, mordí su labio inferior —Estas bellísima— me beso de vuelta, mordió suavemente mi labio y dijo —Gracias guapo, te amo— cerro la puerta, la tome de la mano y la guie a la camioneta, la ayude a subir, le abroche el cinturón de seguridad, me subí y nos fuimos. Cuando llegamos entramos a la casa y saque una mascada blanca y le dije a Nikki —Espera, voy a vendarte los ojos— me miro —De acuerdo— le puse con cuidado la mascada y le pregunte —Nikki ¿confías en mí?— asintió y tomo mi mano —Ciegamente cariño— sonreí —Ven conmigo— la conduje hasta la cabaña entramos —Espero y con esto no te quede duda de cuanto te amo Nikki— le quite la mascada y sonrió inmediatamente —¿Tu hiciste todo esto?— asentí y respondí —Si amor, bueno con ayuda de mi mama— volteo y quedamos frente a frente y me dijo —Gracias Salvador. No tienes idea de cuánto agradezco a Dios haberte conocido— tome su cara y le di un beso rápido —Eres la razón de mi existencia Nikki, ven quiero que pruebes la cena— sonrió y la lleve de la mano a la mesa, abrí el champagne, serví ambas copas y brindamos por nosotros, cenamos y se sorprendió con el postre. Platicamos un rato acerca del nuevo cuatrimestre y nuestros amigos. Un rato después conecte mi IPod a la bocina y puse nuestra canción. All I Need. Nikki se emocionó y yo le tendí la mano y le dije — ¿Me concede esta pieza señorita?— se ruborizo y asintió. La acerque a mí y ella apoyo su cabeza en mi pecho. Juro que podía sentir el latir de su corazón. Luego le dije —Debo agradecerle a la maestra Sofía por haberme emparejado contigo— se rio y dijo —Creo que si— seguimos bailando y continúe —Eres lo mejor que me ha pasado Nikki, te amo demasiado, eres la pieza que le faltaba al rompecabezas que era mi vida— levanto la cara y dijo —Tu eres un

ángel Salvador, eres mi ángel— entonces comprendí el significado del dije que me dio. Ella me había aceptado desde ese entonces, la canción término y nos miramos fijamente, sus ojos tenían un brillo especial y creo que yo la miraba de la misma manera. La bese y le susurre —Eres tan hermosa Nikki— le mordí el labio y ella gimió. La conduje cerca de la cama y ella comenzó a desabotonar mi camisa, una vez que termino la tire al piso y me quite la camiseta, me miro por un momento, la atraje hacia a mi bese sus labios y comencé a descender a su mandíbula luego su barbilla y regrese a su boca. Hice a un lado su cabello y le desate el nudo a su vestido el cual cayó cerca de mi camisa...

Y sucedió... Nikki se entregó a mí en cuerpo y alma así como yo a ella. En cada beso que le di, quise transmitir todos mis sentimientos por ella, quería que supiera que era la única chica a la que quería a mi lado, quería borrar sus dudas, bese cada centímetro de su piel y conté más de diez lunares en su espalda... lunares que ahora serian mis favoritos y solo yo sabría su ubicación.

Cuando la magia paso, le di un beso rápido y pregunte — ¿Cómo te sientes?— puse un mechón de su cabello de tras de su oreja y me respondió —Me siento estupendamente bien— le sonrió y la beso —Ya somos dos amor— la cubrí con el edredón, me senté junto a ella y la abrace —Gracias por aparecer en mi vida Nikki— me sonrió —Tu eres todo lo que necesito. Te amo— bese su hombro y nos recostamos en la cama, dejando que el sueño nos venciera.