Capitulo 48

579 53 1
                                    

(Nicole)

Las vacaciones serian de casi un mes, y mi familia ya había acordado que iríamos a quedarnos con mi abuelita dos semanas, hace mucho que no la veía. Lo único malo de esto es que no vería a Salvador. Así que ese día después de que arregláramos las cosas por lo que me había dicho Lucy, me fue a dejar a mi casa y se quedó a cenar. Yo sabía que él era mí para siempre y el presentarlo formalmente a mis papas, me alegraba —¿Y piensas seguir estudiando?— le pregunto mi papa —Si señor, quiere ser licenciado en gastronomía, y después pienso abrir un restaurante— respondió el y luego mi mama dijo —Que coincidencia, Nikki piensa hacer lo mismo— no había hablado de eso con Salvador, me apene un poco y dije —Si, pero mi hermano aún no se decide bien que estudiar— Braulio dijo —Pues tu sabes que me agrada más preparar bebidas y un restaurante bar estaría bien— y luego Salvador dijo —Esa es muy buena idea— siguieron haciéndole preguntas y una vez que terminamos de cenar, recogí la mesa y el me ayudo, luego todos se subieron a sus recamaras y me quede en la sala con Salvador viendo la televisión —No me habías dicho que planeabas tener tu propio restaurante— suspire y respondí —No me habías preguntado y falta mucho para eso— él se rio y me dijo —¿Sabes lo que se me ocurrió cuando tus papas mencionaron eso?— me voltee para quedar cara a cara con él y pregunte —¿Qué se te ocurrió?— me beso y dijo —En poner nuestro restaurante juntos— sonreí ante su idea, él pensaba en mi así, como su para siempre y luego dije —¿Sabes que para eso tendríamos que estar siempre juntos verdad?— tenía que estar segura de que me quería para siempre —¿No quieres estar siempre conmigo?— lo abrace y respondí —Obviamente si, ¿Por qué crees que estas aquí ahora?— se rio y dijo —Piensa en lo que te propongo Nikki, sería estupendo— suspire de nuevo, desde hace un tiempo sentía una opresión en mi pecho, algo como un presentimiento y le dije —Es una idea fantástica, pero no quiero hacer planes, nunca me ha gustado. Vivamos el presente y que sea lo que dios diga ¿te parece?— asintió y luego me pregunto — ¿Cuándo se irán con tu abuelita?— puse mi cabeza en su hombro, inhale su perfume y le dije —Mañana como a las 12 y regresamos en quince días— me rodeo con sus brazos y dijo —Te voy a extrañar tanto Nikki— media hora más

tarde se despidió de mí, y me beso no quería que se fuera.

Al día siguiente, llegamos a las 2 con mi abuelita, nos abrazó y dijo que ya tenía preparada la comida, amaba el sazón de mi abue, cominos y platicamos, mi hermano le dijo que ya tenía novio y ella dijo que quería conocerlo. Le prometí que se lo presentaría pronto. Hace ya unos días que me sentía muy cansada, creo que era porque me había desvelado hablando con Salvador y por el estrés de la escuela, y ese día me fui a dormir pronto y más tarde me desperté porque Salvador me llamo. Me levante ya tarde al día siguiente, baje y todos estaban desayunando, no tenía apetito y no desayune, tampoco comí y no cene, espere la llamada de Salvador y luego me dormí y así fue toda la semana, me sentía rara, casi no comía, a lo mucho una manzana o alguna otra fruta, y dormía mucho, eso era raro, yo era muy activa, bueno lo normal, pero luego me di cuenta de que tenía que usar cinturón con mis pantalones, porque me quedaban un poco grandes, por un lado estaba feliz porque había bajado de peso un poco, pero si me preocupe, tal vez no tenía apetito porque extrañaba a Salvador. Si, de seguro era eso. Las dos semanas se fueron rápido y el sábado regresamos.

Salvador fue a verme esa misma tarde y cuando llego, y abrí la puerta me lance contra él y casi nos caemos, pero necesitaba sentirlo cerca —¡Te extrañe tanto!— casi grite y el me cargo —Yo te extrañe aún más mi vida, oye, vengo a invitarte para mañana el cumpleaños de mi mama— lo mire y dije —Claro, estaré allá— le pedí permiso a mi mama para ir al dar una vuelta y fuimos, aunque estaba algo cansada, creo que él lo noto y me dijo —Nikki ¿estás bien?— pero por muy cansada que estuviera, necesitaba estar con él así que le dije —Si amor, ¿por qué?— me miro un momento y respondió —Por nada amor— y me beso, ¡oh! Lo necesitaba tanto. Luego platicamos y más tarde me fue a dejar a mi casa. Y caí en cuenta de que mañana me presentaría con su mama formalmente.

Al día siguiente, me arregle y me fui a su casa, llegue allá a las 7 como habíamos quedado, toque el timbre y el abrió, me recorrió con la mirada y dijo —Nikki, te ves muy bien— sonreí y dije —Gracias— me tomo la mano y me llevo al comedor y en cuanto su mama me vio, corrió a recibirme y me abrazo y —Hola Nikki, me alegro mucho de que hayas venido, pasa toma asiento— saque el obsequio que le lleve y le dije —Muchas felicidades señora, espero y le guste

este pequeño detalle que le traje— me miro con ternura y me dijo —Nikki, no te hubieras molestado, oye te noto más delgada hija, ¿estás bien?— ¡oh! ¿Enserio se notaba tanto? Porque mi mama no me había dicho nada acerca de mi peso, solo yo lo había notado, y dije —Si señora, estoy bien, solo que últimamente no he tenido mucho apetito— doña Lilian sonrió y le dijo a Salvador —Ya vez Salvador, así la traes— los tres reímos y luego nos sentamos, Salvador sirvió la cena, pero no tenía nada de hambre, comí lo más que pude, pero Salvador me miraba con preocupación, luego sonó el teléfono y su mama fue a contestar y él me dijo —Amor ¿te sientes bien?— asentí y respondí —Solo no tengo hambre— me miro un segundo y pregunto —¿Estás haciendo algún tipo de dieta?— ¡pfff! ¿Dietas yo? Me reí —Yo no me llevo con eso bebe, es solo que últimamente no he tenido mucha hambre— me miro y me dijo —Si ya no quieres comer, lo guardamos y te lo llevas ¿está bien?— asentí, él era un amor y le dije —Gracias— se acercó y retiro mi plato. Más tarde su mama se fue a dormir y Salvador me llevo a mi casa, pero me gano el sueño en el autobús, cuando llegamos el me pregunto —Nikki, ¿no has dormido bien?— me dio risa y le dije —Si, he dormido hasta de más, pero no sé, me estoy volviendo muy floja— seguimos caminando y me dijo —Solo tenemos una semana más de descanso y ya entraremos a la universidad de nuevo así que aprovecha tus últimos días floja— le sonreí y dije —Eso hare, te amo— nos besamos y se fue.

Una vez que estuve en mi recamara, comencé a llorar porque sentí miedo, sentí en mi pecho un vacío... algo así como un mal presentimiento.


Enamorado de un Fantasma. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora