Enamorado de un Fantasma. ©

Capitulo 56

(Nicole)

La mañana siguiente, me desperté porque las chicas entraron a mi habitación — ¡Nikki! ¡Despierta ya!, tenemos que ir por un vestido de novia— dijo Nefer, y a regañadientes me levante, bajaron en lo que me daba un baño rápido y me peinaba. Baje cuando mi mama les preparaba unas sincronizadas, yo solo me comí una. Más tarde nos fuimos en el coche de Nefer, mi mama se nos unió, obvio ella nos tenía que acompañar. Nefer nos llevó a una tienda de novias y dijo —Este es el lugar donde estará tu vestido soñado, yo lo sé— y entramos la señorita que estaba nos pasó a los probadores, donde había una sala y todas se sentaron ahí y me pregunto — ¿Y cómo que vestido te gustaría probarte? ¿Tienes algo en mente Nicole?— negué, porque no sabía. Mi boda la tenía planeada a un futuro más alejado, pero pues se tuvo que adelantar así que me dijo —No te preocupes, tenemos tiempo, empezaremos con unos modelos clásicos— fui con ella y ahí, empezó a preguntarme sobre mi boda y mi novio y pues le conté más o menos como estaba el asunto. Me dio ánimos. Tantos que por un momento creí que todo estaba bien. Me probé varios vestidos, después de 10 perdí la cuenta, las chicas no se decidían por uno y yo menos, unos eran muy aglobados, otros no se ajustaban a mi nueva figura, y no, ninguno llegaba a mis expectativas. La chica igual ya se estaba desesperando. Pero se mostró tan paciente. Ya me había dado por vencida... regresamos al vestidor y la chica se quedó pensando y luego me dijo —Creo que ya se cual será tu vestido perfecto, pero cierra los ojos— obedecí y luego escuche cuando regreso, me ayudo a ponerme el vestido, se sentía ligero, luego me puso un velo y me dijo — ¡Te ves preciosa! Vamos a ver qué les parece a todas— tomo mi mano para ayudarme a salir y luego ella se detuvo y escuche que todas suspiraron y dijeron —Ese es el indicado— abrí los ojos y me mire en el espejo de cuerpo completo. Era corto, llegaba hasta la rodilla, era strapple y en la cintura tenía un moño, tenía la cola con una tela vaporosa y delgada con pequeñas flores de adorno alrededor, me veía bonita y comencé a llorar. Era el vestido perfecto —Es este— susurre y todas tenían una que otra lagrima. Después Nefer pago y nos fuimos a buscar los zapatos, esos fueron fáciles de encontrar eran unas zapatillas de 8 cm de tacón, blancas con una flor a lado, la plataforma y los tacones tenían pedrería de fantasía, estaban hermosos. Luego, fuimos a otra tienda de vestidos para

ver los modelos para las damas, decidieron que el color seria palo de rosa y como a cada una le gusto un modelo diferente, así fue, compraron sus vestidos y luego regresamos a mi casa. Mi mama preparo la comida con ayuda de Eliza y Alejandra, y cominos, mi papa y mi hermano ya habían llegado, una vez que terminamos, fuimos a la sala y platicamos un rato, luego sonó el timbre y Salvador llego, me había dicho que tenía que hacer unas cosas y por eso llegaría más tarde a mi casa —¿Qué tal les fue con el vestido señoritas?— se acercó y me dio un beso —Agotador, pero el valió la pena— dijo Ale, él sonrió —Ya estoy deseando verlo— más tarde la chicas se fueron y Salvador igual, porque tenía que hacer tarea. Extrañaba ir a la universidad. Me quede en el sofá y mi hermano llego —Hace mucho que no hablamos Nikki— suspire y dije —Lo siento, todo esto es... extraño— asintió y dijo —Y ¿Cómo te sientes?— lo mire —Bien, bueno, lo mejor que se puede sentir una persona con leucemia— se rio de mi mal chiste y dijo —No me refiero a eso, la boda, ¿estas feliz?— asintió —Sí, estoy feliz, pero desearía que esto hubiese sido en otras circunstancias— sentí que las lágrimas empezaban a salir y mi hermano me dio un abrazo —No llores Nikki, piensa esto: Dios pone las batallas más difíciles a sus mejores guerreros— no respondí. Ya no sabía que responderles si sabía que no sobreviviría...