Llevaba casi una hora conduciendo cuando los tragos que abia ingerido empezaron hacerme doble efecto en mi cuerpo. Asi que detuve el auto repentinamente.
-Que pasa Cayetano? -dijo mirándome por el espejo.
La miré, la veia doble.
-Se, Señorita Luca tenemos que volver a la casa, es tarde.
-Que dices, esa no fue la orden que te dí, Cayetano hazme el favor y pon el auto en marcha.
Me reí, ella se molestó.
-Es tarde, no me siento bien, creo que, -iba a seguir hablando pero opté por quedar callado.
-No soy tonta Señor Ruiz, he visto como llegastes ebrio con tu novia. Que diria mi padre si le dijera esto?, -dijo maliciosamente.
Volví a mirarla incrédulo a lo que decia.
-Le dije que era tarde para salidas, que no me sentía dispuesto, usted volvió a insistir, nos vamos entonces. -dije molesto
-Espera, espera Ruiz, -dijo tocándo mi hombro.
-No le diré nada a papá si me llevas.
-Nos regresamos, -dije poniéndo el auto en marcha.
Volvió a sentirse el silencio, pero no por mucho rato. Empezó a llover muy fuerte, seguido de diversos truenos. Seguí la marcha, pero tuve que detenerme unos minutos. La lluvia continuó, pareciera que eternamente. Ví luces de autos en dirección contraria y volví a conducir.
-Que esta pasando?, -dijo ella asustada.
-No lo sé, espera, voy a averiguarlo, -dije deteniéndo el auto.
Abrí la puerta y salí a toda prisa.
Me empapaba con aquella agua helada que parecía cortarme la piel. Agilizé el paso y llegué hasta un oficial de seguridad.
-Que pasa oficial?, veo autos que se regresan.
-No hay paso Señor tiene que volverse y si llegastes de esa dirección tampoco, me acaban de informar que hubo un derrumbe. -dijo señalándo exactamente la dirección por donde abia yo transitado.
-Bien gracias, -dije corriendo al auto.
-Que pasó Ruiz? -dijo ella asustada.
-No hay paso Señorita Luca, al parecer por donde conduje tampoco. -dije preocupado.
-Que vas a hacer? -volvió a decir asustada.
-No nos podemos regresar. -dije mirándola.
-Conduce a la ciudad Cayetano, allí buscaremos un lugar para pasar la tormenta. Mañana no podré asistir a clases. -dijo ella preocupada.
-Como digas Luca, -dije mirándola por el retrovisor.
*************
Llegamos a un hotel no muy lujoso, pero sí con lo esencial y necesario para al menos pasar la noche.
Me registré en la recepción y la miré.-Vaya al cuarto. Es el 315, yo me quedaré en el estacionamiento, en el auto. -dije aún mareado.
Ella me miró de pies a cabeza. Pude jurar que le veía compasión.
-Que pasa? -dije serio.
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EL GUARDAESPALDAS
RomanceOneca Aurora, una chica de dieciocho años, engreída, caprichosa, arriesgada, hija única del empresario millonario, Corrado Luca. Al morir su madre en un accidente de tráfico, su padre la empezó a concentir en todo. Cayetano Ruiz, trabajador fiel...