-Camina, -decía Moncada empujándome.
-A donde me llevas?, que es lo que quieren? -dije asustada.
-Solo muévete y cállate la boca.
-Cayetano, donde está Cayetano?, a donde lo llevan?, yo no tengo culpa de esto, porfavor, porfavor, -decia llorando.
-Eso a mi no me importa, mi deuda es grande chiquilla, así que cállate la boca y sigue caminando -dijo Moncada provocando un nudo en mi pecho.
-Porque pedias dinero?, no era eso lo que querias?
-Dinero yo?, porfavor, solo quise despistarte, que ingenua eres chiquilla. -dijo el riéndose.
No dije mas, solo traté de mantener la calma cuando lo ví abrir la puerta del cuarto principal dándome órdenes para que me sentara en la cama. El cuerpo me temblaba y el corazón se me aceleró mas cuando lo ví acercarse a mi lado.
-Vamos a ver Señorita Aurora, Señorita, -dijo riendo sarcástico.
Trague con dificultad pero no dije nada.
-Eres bonita, -dijo tocando una de mis mejillas.
-No me toques, -dije moviendo mi rostro del otro lado.
Lo escuche reir.
-No le decías así a Cayetano.
-Y que?, eso a ti no te importa, -dije furiosa.
-Bonita y malcriada, que al viejo se le olvido enseñarte modales? -dijo agarrándome por el cuello para que lo mirara. -Quien tiene el casuelo por el mango soy yo chiquilla, que no se te olvide. -dijo furioso soltándome.
No dije nada. Solo empecé a acomodar la camisa que el minutos antes me abía bajado.
-Sabes Aurora?, te enamorastes del asesino de mi padre. Por su culpa tu madre tampoco te vio crecer. Que esperabas de Cayetano?, que se enamorara de ti?, porfavor, -decia riendo
Los ojos se me llenaron de lágrimas, pero mantuve la calma.
-Tu papá le pagó muy bien a ese desgraciado para que me dejara sin padre. Mi tio me crio, sí ya lo conocistes, el viejo Simón. Gracias a el conocí a tu papá y pude llegar hasta el, me dio trabajo, -seguia hablando con tristeza en la voz.
-Que quieres de mi?, yo solo soy una tonta que se enamoró sin saber nada. -dije llorando
-Estás enamorada?, hablas en serio?, vaya que bueno poder saberlo. -dijo acercándose otra vez.
-Tu no tienes culpa de nada, lo sé. Pero eres lo único que quiere tu padre. Y tu padre fue el culpable de todo. -dijo sin pestañear con la mirada enferma.-Porfavor, -dije asustada al ver como seguia acercándose mas y mas.
-Tu crees que le importes a Cayetano?, -dijo sentándose frente a mi.
-No, no lo sé, -dije nerviosa.
-Pués tenemos que averiguarlo, no crees?, -decía tocándome la cara y el cabello.
Traque con dificultad cuando lo ví poner su arma sobre la mesita de noche al mismo tiempo que se levantaba a cerrar la puerta.
-Que, que vas a hacer?, -dije echándome hacia el otro lado de la cama.
-Ven aquí, -dijo jalándo mis piernas tan fuertes que no tuve defensa alguna.
En cuestión de segundos quedé acostada sobre la cama y el me arropaba con su cuerpo logrando poner mis manos una a cada lado sin poder moverme.
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EL GUARDAESPALDAS
RomanceOneca Aurora, una chica de dieciocho años, engreída, caprichosa, arriesgada, hija única del empresario millonario, Corrado Luca. Al morir su madre en un accidente de tráfico, su padre la empezó a concentir en todo. Cayetano Ruiz, trabajador fiel...