38) DONDE ESTÁS??

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-Que demonios!!!, -dije sorprendido

-Y bien, sigo esperando Moncada, -dijo apretando el acelerador.

-Sabía que esto a la larga me traería problemas, que mierda, deten el auto ahora, -dijo con bastante corage.

-No Moncada, ya soy tu complice, tu mismo me envolvistes en todo. Así es que mejor dime a donde te llevo o te juro que si no lo haces me iré de vuelta pero a la policía, -grité furiosa.

-Y este auto?, que tu novio no lo estaba arreglando?, -dijo cambiando el tema.

-No es mi novio, en realidad es un amigo personal, y sí me abía entregado el auto, lo hizo cuando estabas en el Hospital.

-Maldita mentirosa, -dijo fusilándome con la mirada.

-No cambies el tema y dime a donde vamos. -dije dispuesta a lo que fuera necesario.

-Vas a culparme después por todo Kate, porfavor no compliques las cosas y dejame solo.

-Ya me has dado muuuuuucho trabajo Moncada, dime a donde vamos.

Lo escuché sonreir y me dí cuenta de que lo que sentía por el no era solo atracción física, sino que tambien estaba deseando mucho mas. Admiraba su fuerza, su genio y su fortaleza.

-Como se llama la chica?

-Que?, -dijo sorprendido.

-Tu supuesta esposa, como se llama?, -dije estudiando sus gestos.

-Y para que quieres saber, -dijo enarcando las cejas.

-Vamos habla, -dije forzando una sonrisa.

-Se llama Oneca, -dijo el en una mueca.

-Que nombre tan curioso.

-Bueno en realidad Oneca Aurora.

-Ahhh, -dije pensando como seria la chica.

-Vamos Kate, deten el auto.

-Relájate Moncada, estás rígido como una tabla.

-No quiero mas problemas de los que ya tengo. -dijo tragando forzadamente.

--Bien, entonces me dices ya de una vez hacia donde vamos y podemos dar la discusión por terminada. ¿No?

-Vas a seguir insistiendo? -dijo incrédulo

-Hasta que me des una buena razón para no hacerlo.

-Ya te lo he dicho mil veces, ya hicistes tu parte, ahora puedes dejarme solo.

-No lo haré, -dije mirándolo con sentimiento

-Porqué?, -preguntó el algo abatido

-Solo dime el camino Moncada.

-Quieres que lo haga?, esta bien, sigue directo hasta donde te diga.

-Supongo que eso es mejor que un nó. -reí triunfante

-Sabes algo Kate?, no tienes que esforzarte tanto para conseguir otra cosa. -dijo mirando hacia el otro lado del ventanal.

Lo miré nerviosa a sabiendas que el ya deducía mis sentimientos, así que mejor no dije nada.
Pasaron casi diez minutos antes de que el volviera a hablar.

-Bien, dobla a la derecha, bajas un camino algo estrecho y te giras dos veces a la izquierda. -dijo cortante.

-Pretendías caminar todo esto?, -dije sorprendida pero el no dijo nada.

Pasaron aproximadamente quince minutos mas hasta que llegamos al final de lo que parecia el camino. Me quedé sorprendida al notar la soledad y belleza de aquel lugar. Era una costa y ya no se apreciaba nada más que no fuera agua.

EL GUARDAESPALDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora