14) NEGOCIACION

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Que estaba pasando?, Me sentía desorientada, aturdida.  No se suponía que estuviera protegida por los trabajadores de mi padre?, Al parecer Moncada era un traicionero.  Sentí mucho miedo y empecé a llorar.

-Porque lloras?, calláte que me pones nervioso. -dijo Moncada levántandome del suelo.

-Porque haces esto?, no creo que quieras dinero, mi padre debe pagarte lo suficiente. -dije mirando a Cayetano todavia en el suelo.  Tenía sangre alrededor de su cabeza.

-Que te calles chiquilla, no sabes lo que quiero.  -dijo empujándome para que caminara.

Lo miré asustada, como habia podido tener tan solo el pensamiento de acercarme a el para mortificar a Cayetano.

-Caminaaaa, -decía empujándome hacia el rancho.  -Esto no se prolongara mucho cariño.

Al llegar al rancho, hizo que me sentara en el suelo y me amarró las manos y piernas.  Luego salió sin decir mas.

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(Cayetano)

Abrí los ojos y la claridad del foco sobre mi cara me molestó.  Me levanté rápidamente del suelo, dándome cuenta donde estaba.  Era el sótano de la casa.  Caminé bastante mareado hacia la puerta y empecé a empujarla para abrirla sin resultado alguno.

-Onecaaaa, Onecaaaaa, -empecé a dar golpes en la puerta. -Moncadaaa, maldito inféliz, que quieres?, déjame salir de aqui, traidor, -gritaba mientras pateaba la puerta.

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-Vas a llamar a tu papá y le dirás que te deposite la parte que te corresponde de la fortuna.  Ya cumplistes dieciocho años Aurorita, así es que tienes derecho a reclamarla.  Harás eso primero, luego te daré la mejor sorpresa. -dijo riendo con maldad

-No le diré a mi padre nada inféliz, que es lo que quieres?

-Te daré un número de cuenta, le dirás a tu padre que es tuyo, luego te llevaré a retirar el dinero.

-Donde está Cayetano?, lleváme con el?, -dije desesperada.

Vi a Moncada reir mientras se acercaba.

-Si no llamas a tu papi, te advierto que la pasarás  muy mal. -dijo pasando su mano por mi cabello.

Giré la cabeza de lado para que no me tocara y empecé a llorar otravez.
Me agarró la mandibula con tanta fuerza que pensé que me la había fracturado.

-Se buena, coopera, si no lo haces vas a enojarme mucho.

Empecé a sentir miedo solo de pensar que este hombre podía matarme en cualquier momento.

-Tranquilo, tranquilo porfavor, -dije asustada llorando.

-Esto va aser muy duro para ti.  Está bien, llora. -dijo cortando las sogas de mis piernas y manos levántandome bruscamente de la silla.

Me puso una cadena de perro sobre mi cintura y me llevó hasta el cuarto de almacén, tirando la puerta con todas las fuerzas.

-Estás empezando a gustarme chiquilla, lo sabías?

No dije nada, solo sentía los fuertes latidos de mi corazón, mientras pensaba en Cayetano.

-No te me acerques, confié en ti, porque haces esto?

-Estás preguntando mucho chiquilla, mejor preocúpate por llamar a tu padre. -decía quitándome la cadena.

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-Que demonios quieres traidor?, -dije mirándolo con ganas de romperle la cara.

-No te muevas Cayetano, o te juro que te pego un tiro. -decia Moncada apuntándome con el arma. -Quiero que llames a Corrado.  Vas a decirle que deposite el dinero de Oneca en un número de cuenta que te voy a dar.  Luego vendrá la mejor parte.  Hazlo Cayetano.

EL GUARDAESPALDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora