12) AFLIGIDO

65 3 0
                                    

-Creo que debes llamar a Corrado, -dijo Moncada preocupado.

Lo miré afligido, no le contesté nada. Lo cierto era que le agradecia mucho el haberlo tenido allí. Si no hubiese sido por su ayuda, que hubiera pasado?
Al llegar con Oneca herida el me había ayudado a sostenerla, ya que yo también estaba herido. Me había golpeado una pierna y casi no podía caminar. Miré a Aurora que seguia sin reaccionar. Me inquieté pensando que por mi culpa ella estaba en aquella situación.

-Cayetanoooo, -escuché a Moncada muy fuerte llamar, ya que mi mente vagaba buscando una salida.

-Que si llamarás a Corrado?, -lo escuché decir esta vez.

-No, no lo sé Moncada, creo que mejor deberiamos llamar la ambulancia aérea no crees?, -dije mirando a Oneca

-Déjame ir a la ciudad entonces, buscaré ayuda. Si llamas la ambulancia será mucho revuelo con la prensa.

-Oneca, Oneca, -decia mientras le daba a oler isopropyl.
-Mi niña despierta, despierta, -dije viéndola reaccionar.

-Que, que me paso?, -decía ella desorientada mirando a todos lados.

-Te caistes, te resbalastes y te distes en la cabeza, sabes quien soy?, que sientes mi niña?, -dije pasando mi mano por su lindo y golpeado rostro.

-Cayetano, -dijo con lágrimas en sus ojos.

-Dios, mi niña, dime que estás bien, puedes incorporarte?, dime si te duele algo por favor.

Moncada estaba al pendiente de cuánto movimiento, a decir verdad, yo también. Si a la chica le hubiera pasado algo no me lo hubiera podido perdonar jamás.

-Recuerdas lo que paso? -dijo Moncada mirándola.

Ella me miró frunciendo el ceño.

-Estábamos, estábamos en la cueva y llovia. -dijo recordando. -Corrimos porque se derrumbaba, y, y, no sé todo pasó tan rápido. -dijo llorando

-Tranquila mi niña, ya estás aqui, no estás sola. Me quedaré a tu lado hasta que te vea mejor.

-Gracias Cayetano, -dijo moviéndose del otro lado de la cama, buscando dormir otravez.

-Traime paños húmedos Moncada, voy a limpiarla.

Moncada llegó luego de unos minutos con una palangana llena de agua.

-Bueno amigo, me retiro a la sala, me llamas cualquier cosa.

-Gracias Moncada. -dije tras verlo salir.

*************

-Llamastes a mi padre y le dijistes lo que ha pasado? -dijo ella sentada ya en la cama.

-No Señorita Luca, no lo he hecho.

-Tienes miedo de decirle que me dejastes caer, que esta vez su trabajador fiel de confianza no ha cumplido bien su trabajo, Cayetano?

La miré incrédulo, no podía creer lo que acababa de escuchar.

-No eres una persona nada fácil, verdad?, Niñita de papí, -dije molesto levantándome de la silla.

-Mi abuela siempre decía que nada bueno es fácil.

-Claro, pero no creo que se hubiera referido a ti. -caminé hasta la puerta.

Se hizo el silencio entre nosotros. Afuera el sol empezaba a salir y las nubes se habían ocultado. Volví a mirarla y me reí sarcástico.

-Ya comprendo porque tu padre te tenía escondida. -dije saliendo del cuarto.

EL GUARDAESPALDASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora