-Mi vida como estás?, -dije llegando rápidamente a el. -Dios mio que te han hecho? - dije tocando su rostro todo golpeado.
-Simón, -escuché a Moncada llamar a su tio y fue cuando reaccioné.
-Maldito animal que le haz hecho?, -dije llegando hasta Moncada mientras le golpeaba el pecho.
El me sostuvo de las manos y su tio de la cintura.
-Oneca, Oneca, -gritaba Cayetano.
-Ahy lo tienes, -decia furioso Moncada apretándome las manos. Si te vuelves a ir, no lo veras mas nunca.
-Maldito cobarde, desátame y te juro que te partire la cara. -gritaba Cayetano.
-Mi amor, -quise llegar a el y abrazarlo pero Moncada me llevó arrastras hacia la salida, dándole órdenes a Simón a que cerrara la puerta.
-Vamos, -me gritaba para que caminara.
-Por favor no le hagas nada, déjalo ir, por favor Moncada te lo suplico. -lloraba mientras el me empujaba para que caminara.
-Caminaaaa, -seguía diciendo obligándome a caminar.
Ya no podía mas, el dolor en mi pecho era enorme. Me sentía débil, cansada, queria agua y comida. Las piernas me dolian y estaba muy acalorada. Empezé a sentirme mal y mi cabeza daba mil vueltas. Solo escuché un golpe sobre mi cuerpo.
****************
Abri los ojos lentamente dándome cuenta que estaba de día. Me sentia mareada. Iba a levantarme cuando lo vi llegar, sentándose a mi lado.
-Como te sientes? -dijo tocándome la frente.
-No me toques, solo quiero salir de este lugar, asesino, -le grite tratando de levantarme.-Cuida tus palabras Oneca, no resistirias otra cachetada. -dijo obligándome a sentar.
-Que le hicistes a Cayetano?
-Todavía nada, -dijo tranquilamente.
-Que es lo quieres?, déjanos ya en paz.
-Oneca estás pálida, me has dado un susto, si tardabas mas en reaccionar me hubieras obligado a llamar a mi médico. -dijo cambiando el tema.
-Que, que me paso?, -trate de recordar el momento.
-Te desmayastes, al parecer tuvistes un desgaste físico.
-Un desmayo?, -dije asustada.
-Eres una niñita de casa, no te olvides, -dijo riendo sarcástico.
-No estás acostumbrada a caminar tanto.-Tus palabras no me afectan Moncada, lo que si me molesta es tener que mirarte a la cara. -dije rabiosa.
-Pués que mala onda, vas a tener que acostumbrarte, porque aqui te quedas niña. -dijo tranquilamente.
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EL GUARDAESPALDAS
RomanceOneca Aurora, una chica de dieciocho años, engreída, caprichosa, arriesgada, hija única del empresario millonario, Corrado Luca. Al morir su madre en un accidente de tráfico, su padre la empezó a concentir en todo. Cayetano Ruiz, trabajador fiel...